El ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, lanzó duras críticas contra las EPS y los congresistas que, según él, han bloqueado la discusión y aprobación de la Reforma a la Salud. El funcionario aseguró que detrás de la oposición al proyecto hay intereses políticos y económicos que perpetúan la corrupción en el sistema sanitario.
Durante el más reciente debate sobre la Reforma a la Salud, el ministro Guillermo Alfonso Jaramillo arremetió contra el Congreso de la República y las Empresas Promotoras de Salud (EPS), acusándolos de obstaculizar una transformación que, según el Gobierno Nacional, busca garantizar el acceso equitativo y universal a los servicios médicos. Sus declaraciones desataron una nueva polémica en medio de la crisis institucional del sector salud.
Jaramillo aseguró que quienes se oponen al proyecto “son los mismos que han manejado el sistema como si fuera un directorio político, repartiendo recursos y favoreciendo intereses particulares”. Según el ministro, la falta de voluntad política en el Congreso y la presión de los grupos económicos ligados a las EPS han convertido la discusión de la reforma en una batalla por el poder más que en un debate técnico sobre la salud de los colombianos.
El alto funcionario defendió los pilares del proyecto, entre ellos la financiación pública directa, el fortalecimiento de la red hospitalaria y la creación de Centros de Atención Primaria Integral en Salud (CAPIS). A su juicio, estas medidas acabarían con los intermediarios financieros que, por décadas, se han beneficiado del dinero de los ciudadanos. “Queremos un sistema que no discrimine ni privatice la salud, sino que la garantice como un derecho”, enfatizó.
En su intervención, Jaramillo también responsabilizó a las EPS del deterioro actual del sistema, señalando que la mala gestión de los recursos y la concentración de poder han dejado hospitales quebrados y pacientes sin atención. “Las EPS no pueden seguir siendo las dueñas de la salud en Colombia. Han convertido el dolor de la gente en un negocio y eso tiene que terminar”, afirmó ante los senadores de la Comisión Séptima.
El ministro recordó que la reforma propuesta por el Gobierno del presidente Gustavo Petro no busca eliminar las EPS de inmediato, sino transformar su papel dentro del sistema. No obstante, aseguró que la resistencia del sector político y empresarial ha impedido que la iniciativa avance en el Congreso, donde ha quedado estancada por falta de consenso y presiones de los gremios.
Asimismo, Jaramillo hizo un llamado a los legisladores a “actuar con responsabilidad histórica” y poner por encima de los intereses partidistas la salud de los colombianos. “No se puede seguir jugando con la vida de la gente. Si el Congreso no aprueba esta reforma, estará legitimando el fracaso de un sistema que ha condenado a millones a la exclusión y a la muerte evitable”, advirtió.
Las declaraciones del ministro generaron reacciones inmediatas entre los congresistas de la oposición, quienes calificaron sus palabras como “una estrategia de presión política” y exigieron al Gobierno abrir espacios de diálogo. Sin embargo, sectores progresistas y sindicales respaldaron la posición del funcionario, señalando que la reforma es necesaria para acabar con la corrupción estructural en el sistema.
Con este nuevo pronunciamiento, Guillermo Alfonso Jaramillo reaviva el debate sobre la Reforma a la Salud, una de las banderas más controversiales del Gobierno Petro. Mientras el Congreso decide su futuro, el país continúa dividido entre quienes defienden la continuidad del modelo actual y quienes claman por una transformación profunda del sistema sanitario colombiano.









