El abogado Alejandro Bermeo intervino los murales de la glorieta de la calle 83, lo que provocó reacciones encontradas entre los ciudadanos. La acción, que buscaba protestar contra actos de vandalismo, generó enfrentamientos verbales y cuestionamientos sobre el respeto al arte urbano.
En un acto que ha despertado opiniones divididas en la ciudadanía, el abogado bogotano Alejandro Bermeo pintó sobre los murales titulados “Las cuchas tienen razón” y “Yo di la orden”, ubicados en la glorieta de la calle 83 en Ibagué. Las obras habían sido realizadas recientemente por un grupo de jóvenes.
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En un video publicado por el propio Bermeo en redes sociales, se le observa utilizando rodillo y pintura negra para cubrir el mural, además de tachar letras con pintura roja. El abogado justificó su acción como una protesta contra actos de vandalismo que, según él, afectan la ciudad.
Durante la intervención, un ciudadano que pasaba en su vehículo detuvo su marcha para confrontar al abogado, preguntándole: “¿A usted quién lo autorizó a dañar eso?”. Ante esta situación, Bermeo respondió que el hombre lo estaba amenazando e insinuó que buscaría a la policía para denunciar el hecho.
A pesar de la presencia de dos patrulleros motorizados en el lugar, Bermeo continuó pintando sobre otro mural, utilizando aerosoles y rodillos para intervenir las obras. En sus declaraciones, señaló que su acción era una crítica a la permisividad hacia los grafitis que, según él, no representan valores artísticos ni sociales.
El abogado defendió su postura argumentando que situaciones como las del Catatumbo, donde hay miles de desplazados y decenas de asesinatos, son problemas más urgentes que las intervenciones artísticas. “Hay que enfocarnos en lo realmente importante”, afirmó.
Sin embargo, las acciones de Bermeo no pasaron desapercibidas en redes sociales ni entre la comunidad ibaguereña. Algunos ciudadanos apoyaron su iniciativa, mientras que otros la criticaron duramente, señalando la falta de respeto hacia el arte urbano y la expresión juvenil.
El debate continúa, y mientras unos defienden el derecho a protestar contra el vandalismo, otros abogan por preservar las manifestaciones artísticas como un reflejo de la voz ciudadana. La intervención de los murales en la glorieta de la calle 83 sigue generando eco en la opinión pública.