Otro caso de suicidio se presentó en las últimas horas en Ibagué, más exactamente en el barrio Fracisco de Paula Santander, en la manzana 28 con casa 12 en la comuna 8 de la ciudad. En el inmueble fue hallado sin signos vitales un hombre de aproximados 50 años de edad, quién respondía al nombre de William Leal.
Según las autoridades, los móviles del suicidio se habría dado ante una discusión entre el fallecido y su pareja sentimental durante la celebración de fin de año, esto habría motivado para que William Leal tomará la fatal decisión de quitarse la vida ahorcándose con una manguera que guardaba en su baño.
El cuerpo del hombre se encuentra en estos momentos en la USI del barrio jordán 8va etapa, debido a que los familiares del hombre no cuentan con los recursos para darle cristiana sepultura al cadáver.
¿Cómo identificar trastornos con tendencia al suicidio?
Pensamientos obsesivos, lamentos de que la vida no tiene sentido, desesperación, incapacidad de cambiar, falta de energía para hacer tareas básicas, mucho tiempo en la cama, dificultades para tomar decisiones que antes eran tomadas normalmente, pérdida de interés por actividades que antes eran placenteras. Frente a una persona con estas señales, platica en tono acogedor, mostrándote cercano y solidario, y búscale ayuda profesional. Estas señales coinciden con varios indicativos de depresión, una enfermedad cada vez más común y que exige una atención seria. No significan necesariamente una tendencia al suicidio, pero son señales de alerta que no deben ser desatendidas.
Cambios drásticos de humor
Es natural tener cambios de humor durante el día: puedes sentirte muy bien y de repente enojarte o entristecerte, como reacción a ciertos acontecimientos. Pero hay personas cuyas alteraciones de humor son extremas, impulsivas y frecuentes. Presta atención a los cambios repentinos y exagerados. En casos de emergencia, no dudes en llamar (al número de tu localidad) y solicitar ayuda.
Estos cambios deben ser observados con atención también en los adolescentes. La adolescencia es un periodo en que las alteraciones del comportamiento son comunes y, precisamente por eso, su gravedad corre el riesgo de pasar desapercibida. Si el adolescente se encierra en su cuarto sin querer conversar con nadie y no sabe manifestar su sufrimiento con claridad, intenta oírlo sin juicios y muéstrate comprensivo y amigo. Si la comunicación fuera más complicada, busca ayuda especializada.
Acontecimientos impactantes o traumáticos
Hechos muy dolorosos, principalmente cuando son inesperados, pueden causar un gran impacto negativo: la muerte de una persona querida, la pérdida del trabajo importante y bien remunerado, una enfermedad grave, casos de bullying intenso, todo eso puede ser un detonante para el suicidio. Cuando estos acontecimientos provocan cambios bruscos de rutina y comportamiento, dejan a la persona sin saber cómo reaccionar y la llevan a dejar de hacer cosas que antes consideraba importantes; permanece cerca y llévala a un buen psicólogo o psiquiatra.
Avisos verbales
La persona desesperada que piensa en acabar con su vida suele dar señales de que está interiormente pidiendo ayuda. Llega a decir frases como “no aguanto más”, “me quiero morir”, “la vida no vale la pena”, “va a ser mejor para todos sin mí”, “hubiera sido mejor si no hubiera nacido”, etc.
¿Puede ser sólo drama y exageración? Puede ser. Pero, por si las dudas, presta mucha atención a estas señales y a otros indicios que acompañan un comportamiento depresivo suicida. Esas frases nunca deben ser ignoradas. Hay quien piensa que “una persona que quiere realmente matarse no avisa”. Esta idea es falsa. Quien quiere matarse siempre da una serie de indicios, verbales o no. Recuerda las estadísticas: por cada suicidio consumado, hubo alrededor de 10 a 20 intentos previos. No lo ignores.
Tomado de https://es.aleteia.org/