En 18 veredas de la zona rural de Ibagué, la Administración Municipal ha construido un total de 2.500 metros lineales de placa huella con el propósito de mejorar la movilidad de la comunidad campesina ibaguereña en puntos críticos de sus carreteables.
“Este trabajo lo hemos hecho a través de varias modalidades: Convenios con Juntas de Acción Comunal, en las que entregamos los recursos para que sea la comunidad la encargada de ejecutar los proyectos, con nuestro acompañamiento permanete, la segunda es Gestión Compartida, en la cual brindamos el material y la asistencia técnica de ingenieros civiles, por su parte la comunidad en contrapartida coloca su mano de obra, empoderándola de paso con la calidad y protección de la obra y fortaleciendo el trabajo en equipo”, explicó César Picón, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural.
La tercera modalidad descrita por el funcionario hace referencia a un convenio firmado con el Departamento para la Prosperidad Social – DPS con quienes se han construido 914 metros lineales de placa huella tipo Invías, es decir con ciclópeo y canales para el manejo de agua.
“Gracias a estas obras unidas con los esfuerzo de mantenimiento, mejoramiento vial y construcción de puentes hemos logrado disminuir y optimizar los costos de transporte para nuestros campesinos”, aseveró Picón.
Charco Rico, La Esmeralda, Manantial, Aures, San Cristóbal, Laureles, Altamira, San Antonio, Martinica, Carrizales, Perico, La Palmilla, Ancón Tesorito, son algunas de las comunidades beneficiadas con estas obras de infraestructura.
“Esta placa huella es de buena calidad, vimos cómo fue construida, sabemos que es de calidad, tiene gravilla, buena piedra y varilla, este tramo era muy importante porque aquí sufríamos mucho con los carros cargados”, sentenció Geovany Garzón, líder campesino de la vereda La Esmeralda.
Cerca de 800 millones de pesos han sido invertidos en estas tres estrategias para la construcción de placas huella en la zona rural ibaguereña.