En el municipio de Guamo, Tolima, la comunidad está en máxima alerta debido a las consecuencias ambientales provocadas por la explotación minera en el río Cucuana.
El líder comunitario, Jaime Ospina, ha manifestado su preocupación, destacando que la explotación minera no solo afecta el río Cucuana sino también otros cuerpos de agua en localidades vecinas como San Luis y Ortega. A pesar de la aparente escasez de material de arrastre, las actividades mineras continúan, comprometiendo la calidad del agua y la biodiversidad del área.
La comunidad, que ha presentado denuncias en repetidas ocasiones, exige a Cortolima (Corporación Autónoma Regional del Tolima) una revisión exhaustiva de los permisos ambientales otorgados a los mineros. Además, solicitan transparencia en la información relacionada con dichos permisos y una acción inmediata para frenar las prácticas mineras que consideran perjudiciales para el entorno natural.
Jaime Ospina resaltó las consecuencias directas de estas actividades, como la disminución del caudal del río, afectando tanto a las quebradas cercanas como a quienes dependen del cultivo en la zona. En este contexto, hacen un llamado a la directora de Cortolima para que aborde esta situación y tome medidas para proteger los recursos hídricos y el medio ambiente en la región.
La comunidad enfatiza la importancia de evaluar los permisos y licencias que poseen los mineros en la zona, señalando que algunos podrían estar operando de manera ilegal.
Solicitan la intervención de las autoridades competentes y de la sociedad civil para preservar el medio ambiente y garantizar la sostenibilidad de los afluentes hídricos, especialmente durante la temporada de sequía. La falta de agua y la afectación de la flora y fauna local son motivos urgentes para abordar esta problemática que preocupa a la comunidad guameña.