Silva relató cómo una persona identificada como Carolina Campos, supuestamente empleada de la entidad y otras cajas de compensación, ofreció colaborar en la gestión del subsidio a cambio de una suma de dinero.
Según la narración de Silva, Campos solicitó un pago inicial de 500 mil pesos para llevar a cabo el procedimiento, asegurando la obtención segura del subsidio.
No obstante, meses después de realizar el pago, Silva descubrió que su nombre no figuraba en la lista de beneficiarios, y la persona que le había ofrecido ayuda estaba supuestamente enferma o de vacaciones.
El denunciante reveló que se puso en contacto con otras personas que también podrían haber sido víctimas de la misma estafa. El modus operandi de esta presunta estafa incluiría la solicitud de sumas de dinero adicionales a personas que ya habían realizado el pago inicial, con la promesa de agilizar el proceso o mejorar sus condiciones de subsidio.
Frente a esta situación, Silva ha decidido tomar medidas concretas, presentando una denuncia formal y buscando información sobre las personas involucradas en la presunta estafa. Aunque reconoce que estaba consciente de los riesgos al optar por un proceso más rápido, su objetivo es alertar a otros ciudadanos para prevenir que caigan en la misma situación.
Este caso subraya la importancia de la vigilancia y la verificación de la autenticidad de aquellos que ofrecen servicios relacionados con trámites gubernamentales y subsidios. La precaución y la confirmación de la validez de estas ofertas antes de realizar cualquier pago se vuelven esenciales para evitar ser víctima de posibles estafas.