Según la Fiscalía, alias Gabriela reveló que el joven de 15 años fue engañado por los autores del ataque. Alias Costeño le habría dicho antes del atentado que no había plan de escape y que sería dejado a su suerte ante la multitud.
Las investigaciones sobre el atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay siguen arrojando revelaciones estremecedoras. Alias Gabriela, capturada por su participación en el hecho, entregó a la Fiscalía detalles clave sobre la planificación del ataque y el engaño al menor de edad que disparó contra el político.
En su testimonio, Gabriela aseguró que el joven sicario fue escogido por su vulnerabilidad: debía tener entre 14 y 16 años, provenir de un entorno familiar disfuncional y carecer de acompañamiento parental. Ese perfil, dijeron los autores del plan, facilitaba su manipulación y disminuía el riesgo penal ante las autoridades.
Gabriela relató que trasladó el arma homicida hasta el sitio del atentado y que al menor le prometieron una suma mayor si Miguel Uribe moría. Lo más impactante es que, según su confesión, el adolescente fue engañado con la promesa de que lo recogerían en una motocicleta tras el ataque, cuando en realidad no existía plan alguno para su rescate.
Poco antes de que el menor disparara, alias Costeño –identificado como Elder José Arteaga Hernández, supuesto cerebro de la operación– le confesó a Gabriela que la moto mostrada al joven era solo una fachada para motivarlo a cumplir con el atentado. “No lo vamos a recoger, no saldrá de ahí”, le dijo fríamente, según el testimonio judicial.
La declaración también reveló que alias Costeño previó que el joven moriría en el lugar, ya fuera a manos del esquema de seguridad del senador o linchado por simpatizantes indignados. “Lo más seguro es que no salga vivo”, agregó, demostrando el desprecio por la vida del menor, usado como carne de cañón en una operación criminal.
El joven, de tan solo 15 años, salió corriendo confiado tras accionar el arma. Iba en busca de la supuesta moto que lo rescataría. Sin embargo, fue interceptado, golpeado y tuvo que ser reanimado debido a la pérdida de sangre, según informaron fuentes médicas. Sobrevivió, pero ahora enfrenta un proceso judicial por tentativa de homicidio.
La Fiscalía ha señalado que esta manipulación de menores de edad por parte de estructuras criminales constituye un agravante. “No solo hubo tentativa de homicidio, sino instrumentalización dolosa de un menor. Estamos ante hechos de extrema gravedad”, indicaron los fiscales del caso.
Alias Costeño, presunto jefe logístico del ataque, permanece prófugo, aunque su rostro y nombre ya están circulando en todos los canales oficiales. Las autoridades ofrecieron recompensa por información que permita dar con su paradero, mientras la sociedad colombiana sigue conmocionada por los métodos utilizados en este atentado.
El caso, que mantiene al senador Uribe en estado delicado, ha reavivado el debate sobre el uso de menores en el crimen organizado y sobre las fallas de prevención en barrios vulnerables. Mientras tanto, la Fiscalía y la Policía continúan con la cacería de quienes diseñaron y ejecutaron este plan siniestro.
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