A solo días de concluir su mandato, Hurtado desacreditó las quejas de los manifestantes, a quienes se refirió como “vacas que rumian”, en un intento de menospreciar sus críticas hacia la gestión del servicio de acueducto.
Las comunidades afectadas, incluyendo sectores como Restrepo, Villa Marlen y Ciudad Luz, han expresado su descontento mediante bloqueos de vías exigiendo mejoras en el suministro de agua proporcionado por la Empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado (IBAL). A pesar de las aseveraciones del alcalde, quienes protestan sostienen que la falta de agua es una problemática que arrastra varios meses e incluso años.
Hurtado, visiblemente molesto, afirmó que estas quejas no lograrán desacreditar la gestión de la gerente del IBAL, quien, según él, está trabajando en la construcción del Acueducto Complementario. El alcalde también hizo referencia a la falta de apoyo de la directora de la Corporación Autónoma Regional del Tolima (Cortolima), Olga Lucía Alfonso, para el proyecto de la planta de captación en la quebrada Corazón.
En un tono desafiante, Hurtado reconoció que será la alcaldesa electa, Johana Aranda, quien deberá finalizar y poner en funcionamiento las obras del Acueducto Complementario, proyecto emblemático que no pudo culminar durante su mandato.
A pesar de las críticas y protestas, el alcalde saliente enfatizó que la solución a la escasez de agua está en marcha y que la problemática persistente se debe a decisiones de la directora de Cortolima.
La respuesta de Hurtado genera más controversia en un contexto de tensión por la falta de servicios básicos en la ciudad, y las declaraciones del alcalde saliente son interpretadas como una provocación hacia las comunidades afectadas y un desafío a las administraciones futuras.