Con la salida de Erika Palma del IBAL, la alcaldesa Johana Aranda consolida su independencia del exalcalde Andrés Hurtado. En su reemplazo llega Roberto Santofimio, un técnico de confianza que ya estuvo al frente de la entidad y que ahora deberá liderar los proyectos estratégicos del acueducto de Ibagué.
La administración de Johana Aranda ejecutó este lunes un movimiento clave en la estructura del poder local: apartó a Erika Palma de la gerencia del IBAL, una de las funcionarias más cercanas al exalcalde Andrés Hurtado. Su salida, que se formalizó con una eucaristía en la sede La Pola, marca el fin de una era y la consolidación de una nueva etapa liderada directamente por la mandataria.
En reemplazo de Palma fue designado el ingeniero civil Roberto Santofimio Varón, quien ya había dirigido la entidad entre 1995 y 1997. Con 62 años y una extensa trayectoria técnica y administrativa, Santofimio regresa al cargo con el reto de acelerar la ejecución de proyectos clave como el nuevo sistema de acueducto y la optimización del servicio en zonas históricamente desatendidas como El Salado.
La decisión, aunque anunciada de manera sobria, tiene un profundo impacto político. El IBAL es considerado la ‘joya de la corona’ por su presupuesto, capacidad operativa y peso contractual. Durante el gobierno de Hurtado, Palma fue pieza clave en las decisiones estratégicas de la empresa. Su retiro se interpreta como un corte definitivo de Aranda con los hilos de poder heredados.
Aunque a Erika Palma se le habría ofrecido continuar como gerente de Proyectos Estratégicos, aún no se confirma si aceptará el nuevo rol o regresará a su cargo de planta. La funcionaria, que completaba más de tres años al frente del IBAL, cierra su gestión en medio de cuestionamientos y tensiones políticas.
Por su parte, Roberto Santofimio llega respaldado por la confianza total de la alcaldesa. Ambos comparten una relación de años, desde cuando Aranda se desempeñaba como bacterióloga en la misma entidad. Su regreso busca imprimir orden técnico, pero también blindar la gestión de intereses políticos ajenos.
Durante su primera gestión en los años 90, Santofimio lideró proyectos fundamentales como los diseños del Acueducto Complementario, el inicio de la planta El Tejar y el desarrollo del plan de saneamiento hídrico. En años recientes, ha sido asesor técnico del IBAL, lo que facilita su adaptación inmediata al nuevo cargo.
Uno de los desafíos más importantes será fortalecer fuentes alternas de abastecimiento hídrico, como la quebrada Corazón, que podría mitigar la dependencia del río Combeima, especialmente en temporadas de crecientes. Esta apuesta forma parte del nuevo enfoque técnico de la administración Aranda.
El remezón en el IBAL es apenas el inicio de una reconfiguración más amplia. Se prevé que en los próximos días salgan otros funcionarios cercanos a Hurtado, mientras la alcaldesa refuerza su control político y técnico del gobierno. Con esta decisión, queda claro que Aranda quiere gobernar con su propio equipo, con autonomía y sin ataduras del pasado.