Es una paradoja. Arturo Char Chaljub (Barranquilla, 1967), quien fue elegido este 20 de julio como presidente del Congreso con 76 votos, es uno de los dirigentes políticos menos visibles del país, aunque es miembro de una de las familias más influyentes de la actualidad
Cuatro impedimentos en el Senado fueron negados para elegirlo.
Hijo del empresario y exministro de Desarrollo Fuad Char Abdala y hermano de Alejandro, exitoso exalcalde de la capital del Atlántico, a quien en las conversaciones políticas ponen como seguro aspirante a la presidencia en 2022, él prefiere las conversaciones en pequeños grupos y, ojalá, con personas de su confianza.
Una característica más afín a su carrera de administrador de negocios que cursó en Kennesaw State University (KSU), Georgia (Estados Unidos). Pese a esto, en el trajín electoral ha impuesto varios registros. Logró el apoyo de 126.628 electores, quienes se movilizaron para llevarlo al Senado en el 2018. Con estos números alcanzó la primera posición en Cambio Radical, partido en el que milita.
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Tras los acuerdos entre las distintas bancadas, el turno en la Presidencia en esta legislatura que arranca este lunes le correspondía a esta colectividad.
En teoría, se trata de un honor, pero en el ejercicio práctico de la política es una posición en la que va a tener la lupa puesta por los organismos de control, entes de la sociedad civil, medios de comunicación y, naturalmente, a sus más fieros oponentes políticos.
Un escenario bastante diferente a cuando se desempeñó con tranquilidad como primer secretario de la embajada de Colombia en Londres o cuando tenía una hinchada que lo aclamaba en los tiempos en los que ejerció la presidencia del Junior de Barranquilla, uno de los equipos de fútbol más queridos en el país.
En el Congreso las cosas son a otro precio. Por eso, el ruido lo acompañó en días previos a la elección del Congreso él lo prefierió esquivar.
Entre las acusaciones están las declaraciones de la excongresista, condenada y prófuga, Aida Merlano, que lo señala de posible corrupción electoral. Por este caso, precisamente, Char debería haber ido a la Corte Suprema de Justicia a declarar en versión libre, el martes 7 de julio, pero logró aplazar la citación.
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De cualquier manera, ya como presidente del Senado deberá ir este lunes 27. Otra de las valoraciones que se hacen de su gestión es el número escaso e irrelevante de proyectos presentados como congresista.
Él, por su parte, dice que responde con resultados y muestra que ha sido autor de proyectos como el que prohíbe toda clase de maltratos y castigos físicos o humillantes contra niñas y adolescentes, el cual establece la modernización y organización de los departamentos.
Desde la Comisión Cuarta, agrega, ha liderado la discusión del presupuesto nacional, donde quedan consignadas los recursos e inversiones que el Gobierno Nacional transfiere a las regiones, también la ley de financiamiento, así como la ponencia del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022, por citar solo algunos ejemplos.
Sus opositores lo señalan también con dedo acusador por el alto número de ausencias al parlamento por incapacidades médicas.
Incluso han ironizado en las redes sociales con mensajes en los que afirman que es un congresista que se enferma en promedio una vez por mes, por lo que, concluyen, es “un senador de 52 años con una salud de 90”.
Él ya esperaba ser ungido como presidente de la corporación. ¿Para qué? Analistas de la costa Caribe dicen que los Char son personas apreciadas en esta región, pero que es la hora de hacerse sentir en Bogotá.
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Y es ahí donde aparece gravitando el nombre de su hermano. “Si Arturo quiere que a Álex, como le dicen, le vaya bien y tenga opciones en el futuro, debe hacer una presidencia de lujo en el Senado”, dice un analista. Por eso, asegura, pese al ruido, es posible que tenga un mandato en el que está obligado a brillar.