José Luis Ríos, vigilante de 55 años, fue asesinado frente a la Institución Técnica San José. Acababa de obtener su título como profesional y murió defendiendo su lugar de trabajo de un intento de hurto.
Una tragedia enluta a la comunidad educativa de la Institución Técnica San José, ubicada en el sector de Los Arrayanes, en Ibagué. José Luis Ríos, el vigilante del colegio, fue asesinado con arma blanca mientras defendía el plantel de un intento de robo. Su cuerpo fue hallado frente a la entrada del colegio, lo que generó una profunda conmoción entre docentes, estudiantes y vecinos.
Según las investigaciones preliminares, el crimen ocurrió cuando presuntos delincuentes intentaron ingresar al establecimiento educativo en la madrugada. Ríos habría enfrentado a los atacantes, desencadenando una riña en la que recibió varias heridas mortales. Un machete encontrado en el lugar indicaría que el vigilante intentó defenderse con las herramientas que tenía a su alcance.
José Luis tenía aproximadamente 55 años y, además de ser vigilante, recientemente había alcanzado un logro personal que llenó de orgullo a su familia: se graduó como profesional en Administración en Salud Ocupacional. “Y al fin profesional, gracias Dios”, escribió en sus redes sociales a mediados de mayo, celebrando su título con alegría.
La noticia de su asesinato ha causado una ola de indignación en redes sociales y en la comunidad educativa, que exige justicia y mayor seguridad en el sector. “Me mataron a mi hermanito, un hombre trabajador, tranquilo, amable, estudioso, recién graduado. Nos destrozaron como familia”, escribió una de sus hermanas en redes sociales.
Las autoridades revisan las cámaras de seguridad para identificar a los responsables del ataque, mientras la Fiscalía y la Policía Metropolitana de Ibagué avanzan en las investigaciones. Las primeras hipótesis apuntan a un intento de hurto frustrado que terminó en homicidio. La Alcaldía también ha sido llamada a reforzar la seguridad en la zona.
José Luis será recordado como un hombre cálido, respetuoso y perseverante. Su historia es símbolo de lucha y superación, y su trágico final ha dejado una herida profunda en su familia y en la comunidad que lo vio trabajar con compromiso hasta el último día de su vida.