La construcción del puente elevado en la intersección de la Carrera Quinta con Calle 60 en Ibagué está en el centro de la polémica debido a la necesidad de talar alrededor de 195 árboles en la zona. Lo que inicialmente se creía que implicaría la intervención de unas 60 especies arbóreas ha generado preocupación en la comunidad local y defensores del medio ambiente.
El abogado Juan Felipe Rodríguez, quien está siguiendo de cerca este asunto, advierte que esta cifra es mucho más alta de lo que se había advertido inicialmente. Estos no serían simples procesos de poda o descope, sino talas, lo que significa la eliminación de numerosos árboles. Esto plantea serias preocupaciones tanto en términos del impacto paisajístico como en la conservación de la fauna local.
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Para llevar a cabo esta intervención, el Consorcio Puente Carrera Quinta, encargado de la construcción, necesita obtener un permiso de aprovechamiento forestal.
Sin embargo, hasta la fecha, este permiso no ha sido otorgado por la Corporación Autónoma Regional del Tolima, Cortolima, debido a observaciones relacionadas con el inventario de los árboles y la socialización del proceso.
La Alcaldía de Ibagué ha utilizado esta situación para justificar los retrasos en el proyecto. Como parte de la mitigación del impacto ambiental, se planea la siembra de nuevas especies en el sector de La Samaria. La Secretaría de Infraestructura está a la espera de que Cortolima defina cuáles árboles pueden ser trasladados o talados, considerando especialmente las especies que están enfermas.
Este debate destaca la importancia de encontrar un equilibrio entre el desarrollo de la infraestructura y la conservación del entorno natural.