El gobierno de Justin Trudeau impone medidas recíprocas a los aranceles decretados por Donald Trump, lo que marca una fractura en las históricas relaciones comerciales entre ambos países.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció este sábado que su país aplicará represalias comerciales contra Estados Unidos, tras la decisión del presidente Donald Trump de imponer aranceles del 25 % a las importaciones canadienses, con excepción del petróleo y el gas, que tendrán un gravamen del 10 %.
En respuesta, Canadá impondrá aranceles del 25 % sobre un total de 155.000 millones de dólares canadienses (equivalentes a unos 106.000 millones de dólares estadounidenses). Según Trudeau, la primera ronda de impuestos se aplicará a partir del martes y afectará mercancías por un valor de 30.000 millones de dólares canadienses.
El gobierno canadiense ha calificado la decisión de Trump como una agresión económica y una amenaza a la estabilidad comercial entre ambos países. “Estos aranceles son inaceptables y responderemos con firmeza para proteger nuestra economía y nuestros trabajadores”, declaró Trudeau en una conferencia de prensa.
Analistas advierten que, si los aranceles se mantienen, Canadá podría entrar en recesión en un plazo de seis meses debido a la estrecha relación económica que mantiene con Estados Unidos. El comercio bilateral entre ambas naciones ha sido históricamente fluido, con una interdependencia que ahora se ve amenazada por estas medidas proteccionistas.
La decisión de Canadá se alinea con la postura de otros países de la región, como Colombia, cuyo presidente, Gustavo Petro, ya había manifestado que adoptaría una respuesta similar si Washington imponía aranceles a las exportaciones colombianas. Esto evidencia un creciente malestar en América Latina y ahora también en su vecino del norte.
El endurecimiento de la política comercial de Trump ha sido señalado como un factor de tensión en la región, con críticos que lo acusan de socavar alianzas históricas. La medida contra Canadá marca un punto de inflexión en la relación entre ambos países, que tradicionalmente han sido aliados estratégicos y comerciales.
Con este nuevo capítulo de la guerra comercial, los mercados internacionales observan con atención la evolución de las relaciones entre Ottawa y Washington, mientras los sectores afectados en ambos países buscan alternativas para mitigar el impacto económico de estos aranceles.