El lunes 16 de septiembre de 2024, el Servicio Geológico Colombiano (SGC) informó sobre la ocurrencia de sismos en varias regiones del país, destacando movimientos telúricos en los municipios de Contratación y Los Santos, en Santander. Además, se reportaron temblores en el océano Pacífico, lo que ha encendido las alarmas entre las comunidades costeras y las autoridades locales.
Si bien no se han registrado daños significativos, el SGC subraya la importancia de estar preparados para este tipo de eventos. Ante la imposibilidad de predecir un sismo, es fundamental aprender a identificar cuando está ocurriendo uno. Por ejemplo, colocar un vaso de agua sobre una superficie estable y observar si el líquido vibra, puede ser una manera sencilla de detectar un temblor. Además, si las lámparas o cuadros se agitan bruscamente, es probable que el lugar esté siendo afectado por un movimiento sísmico.
En caso de un sismo, las autoridades recomiendan no detenerse bajo edificios, árboles o puentes, y mantenerse alejado de cables eléctricos. Es crucial no separarse del grupo con el que se esté, así como evitar dirigirse a lugares afectados por el evento, ya que los escombros o carreteras dañadas podrían representar un peligro adicional.
La temporada de lluvias añade complejidad a la situación, ya que un sismo puede desencadenar deslizamientos de tierra e inundaciones. Para prevenir riesgos, es aconsejable revisar la estabilidad de la vivienda y asegurar objetos pesados que pudieran caer durante un temblor. Además, se debe contar con un plan de emergencia que contemple rutas seguras y un kit preparado para enfrentar tanto sismos como posibles inundaciones.
El SGC también recomienda a la población estar atentos a posibles cortes en los servicios de agua, electricidad y gas, que pueden verse interrumpidos durante un sismo. Tener agua potable, alimentos no perecederos y un plan de comunicación con familiares es clave para sobrellevar estos eventos.
El monitoreo de la actividad sísmica en Colombia es posible gracias a la red de estaciones sísmicas distribuidas por el territorio nacional. Con un total de 339 estaciones, el SGC monitorea tanto la actividad sísmica como volcánica en tiempo real, lo que permite a las autoridades reaccionar de manera rápida y eficaz ante cualquier emergencia.
Estas estaciones son esenciales para entender la magnitud de los sismos y prever sus efectos en las comunidades. La constante vigilancia ha sido un pilar fundamental para mitigar los riesgos asociados a los movimientos telúricos y volcánicos en Colombia.