La comunidad de la vereda San Isidro, en el municipio de Río Blanco, Tolima, ha alzado su voz para denunciar la falta de servicios básicos en la región. A pesar de ser una zona de retorno para las familias desplazadas por el conflicto armado, sus habitantes aseguran que viven en condiciones de abandono, sin acceso a electricidad, agua potable ni alcantarillado.
Yomary Bueno, una residente retornada en 2017, expresó su frustración: “Han pasado varios gobiernos y aún no nos colocan la luz. Somos familias que retornamos con esperanza, pero seguimos sin condiciones dignas”. Según ella y otros denunciantes, la situación afecta especialmente a San Isidro y las veredas aledañas El Placer y Alto Bonito, todas pertenecientes al núcleo veredal de Puertos Saldaña.
En estas veredas, la carencia de electricidad no solo dificulta el día a día de las familias, sino que limita el desarrollo de la comunidad. Los residentes mencionan que, al no contar con energía, no pueden conservar adecuadamente sus alimentos y los niños deben realizar sus tareas en la oscuridad, lo que representa un obstáculo significativo para la educación y la calidad de vida.
Además, los habitantes señalan que, paradójicamente, las líneas de alta tensión pasan por el territorio hacia otras veredas como Maracaibo, mientras ellos permanecen sin servicio eléctrico. “Nos sentimos abandonados. No tenemos cómo refrigerar alimentos, ni cómo alumbrarnos de noche. Es urgente que se instalen servicios básicos en nuestra vereda”, afirmó Bueno.
En plena era de avances tecnológicos y energías alternativas, estas familias hacen un llamado a las autoridades locales, departamentales y nacionales para que implementen proyectos que garanticen el acceso a servicios públicos esenciales. Según la comunidad, serían alrededor de 140 familias las afectadas, todas ellas comprometidas con la paz y el arraigo en sus tierras.
La falta de atención por parte de las entidades públicas en Río Blanco, Tolima, pone en evidencia una problemática de exclusión en regiones rurales del país. Las familias esperan una respuesta pronta y efectiva que les permita vivir dignamente en sus hogares, sin tener que enfrentarse diariamente a la oscuridad y la precariedad.