El Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias confirmó la detección del primer caso de influenza A H3N2 subclado K en México, una variante conocida como la “supergripe” por su alta transmisibilidad. Autoridades sanitarias y la OPS llaman a reforzar la vacunación y la vigilancia epidemiológica ante el incremento global de contagios respiratorios.
La confirmación del primer caso de influenza A H3N2 subclado K en América Latina encendió las alertas en los sistemas de salud de la región. El hallazgo fue verificado por el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) de México y marca la llegada oficial de esta variante conocida como la “supergripe”, por su rápida propagación y su asociación con cuadros respiratorios más agresivos.
De acuerdo con la Secretaría de Salud mexicana, el caso fue detectado en un paciente que, tras recibir tratamiento antiviral y manejo ambulatorio, logró recuperarse sin complicaciones graves. Sin embargo, las autoridades han instado a la población a no bajar la guardia, ya que el virus presenta mutaciones que podrían favorecer una transmisión más rápida entre personas.
El subclado K de la influenza H3N2 ha sido identificado como uno de los responsables del aumento del 56% en las hospitalizaciones por gripe en países del hemisferio norte, especialmente en Reino Unido, Canadá y Estados Unidos, donde la temporada invernal ha llegado antes de lo previsto y con una intensidad inusual.
Según los especialistas, la principal diferencia de esta cepa con otras versiones del virus radica en mutaciones detectadas en la proteína hemaglutinina (H), una estructura esencial para la adherencia del virus a las células humanas. Estas modificaciones genéticas podrían explicar su mayor capacidad de contagio y su rápida expansión en climas fríos.
Aunque las autoridades mexicanas descartaron una alarma sanitaria generalizada, reconocen que el antecedente internacional obliga a mantener vigilancia epidemiológica constante, especialmente en grupos vulnerables. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) había anticipado este escenario y recomendó intensificar la vacunación contra la influenza y reforzar la detección de casos.
Los síntomas asociados a la “supergripe” son similares a los de la influenza estacional, pero se presentan con mayor severidad y aparición repentina. Entre ellos se incluyen fiebre alta, tos seca persistente, dolor muscular intenso, cefalea, fatiga extrema y, en algunos casos, molestias gastrointestinales.
Los grupos de riesgo más propensos a desarrollar complicaciones son los niños menores de cinco años, los adultos mayores, las mujeres embarazadas y las personas con enfermedades crónicas como asma, diabetes o cardiopatías. En estos casos, las autoridades recomiendan acudir de inmediato a los servicios médicos ante los primeros síntomas.
La OPS recordó que América Latina atraviesa un momento crítico en materia de salud respiratoria, debido a la coexistencia de varios virus, entre ellos el SARS-CoV-2 y el Virus Sincicial Respiratorio (VSR). Por ello, los países deben reforzar las campañas de vacunación, promover el uso responsable del tapabocas en entornos cerrados y mantener hábitos de higiene preventiva.









