La “obra del siglo” en Ibagué fue desmontada por la Contraloría General de la República tras detectar múltiples irregularidades que comprometen más de $8.271 millones de pesos en presunto detrimento patrimonial. Comunas enteras siguen sin agua potable.
Ibagué enfrenta una nueva controversia por la falta de agua en amplios sectores urbanos, luego de que la Contraloría General de la República revelara que la prometida obra del acueducto complementario —anunciada como “la obra del siglo”— no existe en la práctica. El ente de control encontró serias irregularidades contractuales y financieras que ponen en riesgo más de $8.271 millones de pesos de recursos públicos.
Según el informe técnico, el proyecto presenta múltiples fallas: cambio injustificado en materiales, ítems no ejecutados, pagos por encima del valor real y errores en cálculos presupuestales. “Se evidenciaron deficiencias relacionadas con el cambio del material de elaboración de accesorios; falta de ejecución de ítems; errores en el cálculo de los costos directos de los ítems no previstos; mayor cantidad pagada e incumplimiento de las condiciones técnicas contratadas”, señaló el documento.
Esta situación agrava el desabastecimiento de agua en al menos cinco comunas de la ciudad, especialmente la 7, 8, 9, 12 y 13, donde los habitantes llevan meses exigiendo soluciones. A pesar de que la obra fue inaugurada oficialmente hace nueve meses, no hay cambios reales en la prestación del servicio.
“Seguimos viendo personas que protestan y bloquean vías porque no tienen acceso al agua. Es inconcebible que se hable de una obra entregada mientras los barrios siguen secos”, denunció el concejal Andrés Zambrano, quien ha liderado el seguimiento a la ejecución del proyecto desde el cabildo local.
El informe también indica que los componentes técnicos claves del sistema, como la planta de tratamiento de agua potable y los tanques de almacenamiento, presentan fallas o no están funcionando. La realidad en los barrios afectados es crítica y diaria: largas filas con canecas y protestas por la falta de suministro.
La Contraloría avanza en investigaciones adicionales que incluyen el manejo de otras emergencias y contratos dentro del IBAL, lo que podría abrir nuevos procesos de responsabilidad fiscal. Por ahora, los hallazgos preliminares ya apuntan a una pérdida millonaria que afecta directamente a la calidad de vida de miles de ibaguereños.
La comunidad exige respuestas concretas de la administración municipal sobre el paradero de los recursos y los responsables de las fallas técnicas. “¿Dónde está la obra del siglo?”, se preguntan los ciudadanos, mientras al menos 10 barrios amanecen sin agua en sus hogares.
Este nuevo capítulo de irregularidades vuelve a poner en entredicho la gestión de las inversiones públicas en el sistema de acueducto de Ibagué, y genera una profunda desconfianza hacia las promesas institucionales de garantizar agua potable a todos los sectores.