La reciente posesión del gabinete de la alcaldesa Johana Aranda en Ibagué ha generado controversia y críticas, ya que incluye a familiares, amigos cercanos y colaboradores del exalcalde Andrés Hurtado, conocido como ‘Hurtado’. Esta decisión ha sembrado dudas sobre la independencia y transparencia de la nueva administración municipal.
En un acto que ha dejado entrever una fuerte influencia de la administración anterior, se destaca la designación de Carolina Hurtado Barrera, hermana de Andrés Hurtado, como secretaria de Desarrollo Comunitario; Nataly Suárez Barrera, prima, como gerente de Infibagué; Jonathan Suárez Barrera, primo, como director técnico de la Secretaría de Infraestructura; y Alejandro Ortiz, colaborador cercano del exalcalde, como director de fomento de las prácticas artísticas y culturales y del patrimonio, adscrito a la Secretaría de Cultura.
Alejandro Ortiz, quien desempeñó un papel clave en el proceso penal relacionado con el uso indebido del estadio Manuel Murillo Toro, ha sido objeto de críticas al recibir un nombramiento en la nueva administración. Este hecho ha suscitado preocupaciones sobre la independencia y la ética en la toma de decisiones de la alcaldesa.
Aunque la mayoría de los integrantes del gabinete anterior han sido ratificados en las mismas posiciones o trasladados a otras dependencias, la inclusión de figuras cercanas a Hurtado ha generado inquietudes sobre la posible continuidad de prácticas cuestionadas en la administración municipal.
Durante su discurso, la alcaldesa destacó que la mayoría de su gabinete está conformado por mujeres, con 11 de las secretarías de despacho lideradas por mujeres. Sin embargo, este detalle no ha disipado las críticas relacionadas con la independencia y la elección de funcionarios.
Los ciudadanos y diversos sectores de la comunidad estarán atentos a las acciones de la nueva alcaldesa y su equipo, buscando asegurar una administración libre de influencias indebidas.