Aunque no se presentaron colapsos estructurales, se reportaron heridas graves por toros y enfrentamientos con arma blanca, lo que avivó el debate sobre la continuidad de estas actividades.
Las corralejas volvieron a El Espinal en el marco de las fiestas de San Pedro, luego de una pausa obligada tras el colapso de los palcos en 2022 que dejó cuatro muertos y más de 300 heridos. A pesar de que las estructuras fueron reforzadas para esta edición, el espectáculo taurino terminó nuevamente con un preocupante saldo de heridos, generando inquietudes sobre su continuidad.
Según la Defensa Civil del Tolima, solo durante el puente festivo del 28 al 30 de junio, fueron atendidas 31 personas. Las causas incluyeron heridas abiertas por embestidas de toros, contusiones por golpes y riñas con armas blancas. Algunas de las personas lesionadas requirieron traslado urgente al Hospital San Rafael.
“Ese día se atendieron 15 personas en el puesto de salud. Diez de ellas presentaban heridas abiertas, algunas de consideración. También se reportaron dos casos de riñas violentas. Algunas personas tuvieron que ser remitidas al hospital, mientras otras fueron tratadas en el lugar”, explicó el mayor Luis Fernando Vélez, director de la Defensa Civil.
El 29 de junio se registraron siete casos adicionales, y el lunes 30 se atendieron nueve personas más, incluyendo una con herida por arma blanca. Las autoridades aclararon que no todos los incidentes ocurrieron dentro del ruedo; algunos se presentaron en el entorno del evento, lo que refleja un deterioro general del orden público.
Con los 15 casos reportados durante las fiestas de San Juan, el número total de heridos asciende a 46. La cifra podría ser mayor, ya que no todos los días contó con cobertura médica en la zona, según la Defensa Civil. La ausencia de vigilancia permanente limita el alcance de los reportes oficiales.
Mientras algunos defienden las corralejas como parte de la identidad cultural tolimense, otros sectores —entre ellos defensores de los derechos humanos y animalistas— exigen su prohibición por los riesgos que representa tanto para los animales como para el público.
El hospital San Rafael, principal centro asistencial del municipio, tuvo que recibir varios pacientes en estado delicado. Si bien no se reportaron fallecimientos durante esta edición, la alta demanda de atención médica revivió el temor de una posible repetición de la tragedia de 2022.
Pese a las advertencias de entidades como la Procuraduría General y organizaciones sociales, la administración municipal permitió la realización del evento sin implementar mayores reformas o protocolos preventivos, lo que ha generado críticas por la aparente negligencia.
El elevado número de heridos, sumado al historial reciente de tragedias, ha reactivado el debate nacional sobre la pertinencia de mantener las corralejas como actividad pública. Mientras el Congreso de la República estudia proyectos de ley para prohibir estos espectáculos, en municipios como El Espinal la tradición continúa imponiéndose sobre los llamados a la seguridad y los derechos.
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