Habitantes de la urbanización Arboleda del Campestre denuncian la falta de servicios esenciales como alcantarillado y agua potable de calidad, a pesar de las promesas de la alcaldía y la inauguración de una Planta de Tratamiento de Agua Potable (PTAP). Exigen medidas urgentes y el cumplimiento de la normativa.
La urbanización Arboleda del Campestre, un proyecto de interés social y prioritario de la constructora Bolívar, se ha convertido en el centro de una controversia por la calidad del agua potable y la ausencia de un sistema de alcantarillado adecuado. El plan parcial “El Zorro”, donde se ubica la urbanización, fue aprobado durante la administración del exalcalde Guillermo Alfonzo Jaramillo, a pesar de carecer de la red de agua y alcantarillado requerida por ley para garantizar una vivienda digna.
La llamada “Obra del Siglo,”, es decir, El Acueducto Complementario de Ibagué, era la obra de infraestructura más importante para alimentar el suministro de Agua a la Arboleda Campestre, sin embargo, a los habitantes de este sector de Ibagué, les tocó conformarse con una Planta de Tratamiento de Agua Potable (PTAP), que originalmente no era la idea vendida para quienes llegaron con entusiasmo a comprar. Esta obra de PTAP fue entregada durante la administración de Andrés Hurtado, en convenio con la Constructora Bolívar. Sin embargo, la PTAP capta el agua del río Combeima en un punto de alta contaminación y utiliza un conducto de agua cruda que se considera inadecuado, lo que genera serias dudas sobre la calidad y seguridad del suministro. Un informe del IBAL de 2025, de hecho, sostiene que las aguas residuales de los colectores La Guadaleja y El Sillón llegan sin tratamiento al punto de captación de la PTAP Arboleda del Campestre.
A pesar de las exigencias de veedurías y la comunidad, la actual administración de la alcaldesa Johana Aranda ha dado continuidad a la obra, incluso incurriendo en desacato a un fallo del juzgado quinto de Ibagué relacionado con la problemática. A principios de 2025, la alcaldesa prometió ante la veeduría la construcción de un tanque para el sector. Por su parte, la Superintendencia de Servicios Públicos y Camacol han emitido informes y reconocimientos que ratifican la potabilidad del agua y destacan el “liderazgo en desarrollo sostenible” de la alcaldesa, a pesar de las vulneraciones al derecho al agua y a la vivienda digna que denuncian los habitantes.
Los problemas ambientales y técnicos se remontan al año 2016, cuando CORTOLIMA, bajo la dirección de Jorge Enrique Cardozo Rodríguez, autorizó un cambio de uso del agua de agrícola a consumo humano mediante la Resolución 2169, sin un sustento técnico que reflejara la situación real de contaminación del río Combeima. En la actualidad, diez años después de dicha resolución, el índice de contaminación del río ha aumentado. La urbanización avanza sin cumplir determinantes ambientales básicos definidos por CORTOLIMA, como la no existencia de una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) antes de urbanizar y la presencia de vacíos en la PTAR inaugurada en 2014.
En cuanto al saneamiento, la urbanización tiene conjuntos sin alcantarillado, dependiendo de Estaciones de Bombeo de Aguas Residuales (EBAR) y un bombeo de aguas residuales que no está acorde con la norma. La comunidad ha reportado un servicio de recolección de aguas negras deficiente e inconstante; de hecho, el 26 de noviembre de 2025, se presentó la novedad de que el vehículo vactor, esencial para la extracción de estas aguas, había tardado cinco meses en volver a prestar el servicio en la zona sin alcantarillado, lo cual ocurre a pocos metros de la quebrada La Honda.
La situación de la calidad del agua se agrava con la omisión de contaminantes críticos en los reportes de las entidades como el IBAL y la Secretaría de Salud. No se reportan parámetros como mercurio, plomo, plaguicidas, e hidrocarburos, y las entidades se basan en el Índice de Riesgo de la Calidad del Agua Potable (IRCA), el cual no mide la totalidad de los contaminantes físicos y químicos. El mapa de riesgo entregado dos años después de la inauguración de la planta, aprobado por la ex secretaria de salud, ha sido cuestionado por estar incompleto, omitir descargas directas y haber sido falseado presuntamente por la microempresa consultora HYDROCHEMICAL S.A.S..
Un informe de monitoreo de la PTARD El Tejar evidenció que parámetros como la DBO5 y los Sólidos Suspendidos Totales (SST) no cumplen con los límites establecidos por la Resolución 631 de 2015. Todo esto ocurre mientras las autoridades, entes de control y el Ministerio de Vivienda continúan respaldando al IBAL y a la constructora Bolívar.
Un año después de la entrega del acueducto complementario, los residentes de Arboleda del Campestre persisten en recibir un servicio de agua deficiente, inconstante y con “evidentes riesgos para la salud”. Ante este panorama, la Veeduría de Servicios Públicos y los habitantes exigen al gerente del IBAL, Roberto Santofimio, garantizar la calidad y el suministrode agua del Acueducto Complementario de Ibagué.
Los habitantes también exigen al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, anular el convenio 003 y clausurar la PTAP Arboleda del Campestre. A la alcaldesa Aranda le piden no seguir desacatando la orden judicial y garantizar la prestación de los servicios públicos domiciliarios. Finalmente, a la constructora Bolívar, se le exige garantizar la vivienda digna y el cumplimiento de los derechos de los propietarios.
Vecinos exigen cumplimiento de promesas y agua del acueducto complementario
Habitantes de la urbanización Arboleda del Campestre denuncian incumplimientos con la entrega del acueducto complementario, reclamando agua potable de calidad. A pesar de la planta de tratamiento inaugurada, los vecinos insisten en que no están recibiendo el servicio prometido, lo que genera preocupación por la salud y el bienestar en la comunidad.
Habitantes de la urbanización Arboleda del Campestre, en Ibagué, están alarmados por la continua crisis de agua potable y saneamiento que afecta a su sector. A pesar de las promesas realizadas por las autoridades, los residentes aseguran que no están recibiendo el servicio de agua adecuado, y que el suministro sigue siendo deficiente e inestable. Según los vecinos, lo que se había prometido como la “obra del siglo”, el acueducto complementario, aún no ha sido entregado conforme a lo esperado.
En diálogo con LAOTRAVERDAD.CO, uno de los afectados expresó: “Nosotros no estamos recibiendo agua del acueducto complementario, y eso es lo que nos prometieron, como lo dice el plan parcial firmado por el exalcalde Guillermo Alfonso Jaramillo”. La comunidad subraya que, aunque la planta de tratamiento de aguas residuales fue inaugurada en 2024 durante la alcaldía de Johana Aranda, este no ha sido el servicio que se había comprometido.
Los residentes afirman que la planta de tratamiento de aguas residuales, si bien fue entregada, se encuentra en condiciones precarias. Aseguran que este sistema debió haberse entregado antes de la urbanización y que, en cambio, llegó mucho después de que el sector ya estaba habitado, lo que pone en riesgo la salud de los residentes. “¿Dónde van esas aguas residuales? ¿Acaso a las quebradas?”, se cuestionan los afectados, denunciando una evidente falta de control ambiental.
El problema no se limita a la calidad del agua, sino también a la falta de una red de alcantarillado adecuada. Los vecinos afirman que continúan sin tener acceso a un sistema de alcantarillado eficiente, lo que agrava aún más la situación de salubridad. La comunidad exige soluciones inmediatas y señala que no están recibiendo el agua del acueducto complementario, tal como lo estipulaba el plan aprobado.
A pesar de los esfuerzos de la Alcaldía para mitigar la crisis, los residentes indican que no se han logrado avances significativos. Exigen que se garantice el suministro de agua potable del acueducto complementario, tal como se había prometido en el plan parcial. “Lo que pedimos es que nos den agua potable de calidad, no más de la planta de tratamiento de aguas residuales de Arboleda del Campestre”, expresó un vecino preocupado.
El tema de la calidad del agua y el alcantarillado también ha generado tensiones con las autoridades locales, quienes aseguran que las inversiones realizadas no han sido suficientes para resolver las necesidades básicas de la comunidad. La comunidad sigue esperando que se cumpla la promesa de un servicio de agua digno y constante, tal como fue acordado en su momento.
La denuncia sobre la falta de cumplimiento en las promesas de infraestructura y saneamiento sigue siendo uno de los principales reclamos de los residentes. Además, se cuestiona la falta de acciones concretas por parte de la administración municipal y el IBAL (Instituto de Acueducto y Alcantarillado de Ibagué) para resolver la crisis del agua en este sector.
Por último, los vecinos de Arboleda del Campestre instan a las autoridades a tomar acciones inmediatas para garantizar un suministro de agua seguro, constante y libre de contaminantes. El cumplimiento de lo prometido en el plan parcial debe ser una prioridad para la Alcaldía y las autoridades locales, que aún no han logrado resolver los problemas básicos de este sector que, según los residentes, sigue esperando una solución definitiva.
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