Durante las festividades de San Juan, un sujeto señalado por drogar y robar a hombres homosexuales en Ibagué volvió a actuar. Las denuncias se acumulan sin resultados judiciales, mientras crece el temor entre la comunidad LGBTQ+.
En plena celebración de las fiestas de San Juan, cuando Ibagué estaba volcada a la rumba y al folclor, un viejo conocido de las autoridades volvió a actuar. Se trata de un presunto delincuente acusado de drogar y robar a hombres contactados a través de Grindr o conocidos en discotecas de ambiente. Esta vez, su rastro quedó en una reconocida discoteca del centro de la ciudad.
La nueva víctima relató cómo, tras entablar una conversación con el sujeto, lo invitó a su casa en confianza. Luego de compartir algunos tragos, el agresor habría suministrado escopolamina y aprovechó su estado de indefensión para vaciar sus cuentas bancarias. Cámaras de seguridad lo habrían captado en un cajero de la calle 38 con carrera Quinta, donde habría realizado los retiros.
“Yo estaba con amigos en una discoteca, después él se fue conmigo. No lo conocí por Grindr esta vez, pero claramente es el mismo tipo. Me drogó y me robó. Fue un robo grande, lo denuncio para que no le pase a nadie más”, expresó la víctima, quien pidió anonimato por temor a represalias.
Este caso no es el primero. En abril pasado, un joven universitario también fue víctima del mismo modus operandi. Luego de dos días de contacto en Grindr, recibió al sospechoso en su casa de madrugada. Tras beber una cerveza, perdió la conciencia y despertó con ayuda de su hermano: su celular, un computador y un dispositivo inteligente habían desaparecido.
Las descripciones coinciden en los tres casos denunciados: hombre alto, de tez blanca, cabello claro con “rayitos” y flequillo, que dice haber vivido en Bogotá y ahora reside en Villa Marlen II. Los relatos son casi idénticos: gana confianza, suministra drogas y luego comete el robo.
A pesar de los testimonios, las coincidencias y la evidencia recogida —incluso en cámaras de seguridad— el sujeto sigue libre. Las víctimas se sienten revictimizadas al ver cómo sus denuncias no avanzan ante las autoridades judiciales ni policiales.
La comunidad LGBTQ+ de Ibagué ha manifestado su preocupación por estos hechos, que no solo causan pérdidas materiales sino profundas afectaciones emocionales y psicológicas en las víctimas. Además, generan temor en espacios que deberían ser seguros para el encuentro y la vida social.
Desde LOV, hacemos un llamado urgente a la Fiscalía General de la Nación y a la Policía Metropolitana de Ibagué para que prioricen este caso. No se trata de un hecho aislado: hay patrones, hay pruebas y hay un agresor identificado que sigue actuando con total impunidad.
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