Según datos proporcionados por la Secretaría de Educación, el municipio experimentó un incremento en la tasa de deserción, pasando del 2,54% en el 2020 al 3,30% en el año pasado. Sin embargo, la situación empeoró aún más en el 2021 debido a la disminución de las matrículas causada por la pandemia, llegando a alcanzar un preocupante 4,33%.
Expertos en educación como Luis Eduardo Chamorro han identificado dos factores principales que explican este fenómeno. Por un lado, la reprobación de grados y la pérdida del año escolar influyen en la desmotivación y el abandono estudiantil. Chamorro señala que en otros países, como Finlandia, no se enfatiza la calificación cuantitativa en la educación primaria, lo que evita que los estudiantes sean sometidos a repetición de grado y desistan de continuar su formación académica.
Además, la falta de infraestructura adecuada en los colegios también ha impactado negativamente en la retención estudiantil. Chamorro destaca los problemas existentes en Ibagué con respecto a la falta de aulas y planteles educativos apropiados para el aprendizaje. A esto se suma el retraso en la construcción de nuevas instituciones educativas.
Ante esta preocupante situación, la Secretaría de Educación ha implementado estrategias de permanencia y retención estudiantil. Estas medidas incluyen garantizar la alimentación escolar, el transporte, uniformes y jornadas complementarias. Además, se ha establecido un trabajo interinstitucional con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar para proteger y buscar activamente a aquellos estudiantes que han abandonado las aulas.
No obstante, el desafío persiste y requiere un enfoque integral y coordinado. Es fundamental mejorar la infraestructura educativa en la ciudad y desarrollar políticas que fomenten la motivación y el compromiso de los estudiantes más allá de las calificaciones académicas. Es necesario un esfuerzo conjunto entre las instituciones educativas, los padres de familia, los docentes y las autoridades para revertir esta tendencia y garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a una educación de calidad.
La comunidad educativa de Ibagué espera que se tomen medidas urgentes para abordar esta problemática y asegurar que ningún estudiante se quede rezagado en su formación. La educación es un derecho fundamental y es responsabilidad de todos trabajar en conjunto para garantizar que cada estudiante tenga la oportunidad de desarrollar su potencial académico y personal.