Luis Eduardo González, director y propietario del medio de comunicación El Olfato, denunció públicamente que tuvo que abandonar Ibagué junto a su familia por temor a represalias. En su declaración, el periodista señaló al exalcalde Andrés Hurtado como responsable de cualquier situación que ponga en riesgo su integridad o la de sus seres queridos.
González ha sido un crítico constante de la administración de Hurtado y, a través de su medio, ha publicado diversas investigaciones sobre la gestión del exmandatario. Su salida forzada de la ciudad ha generado preocupación en el gremio periodístico y en sectores que defienden la libertad de prensa.
Hasta el momento, Andrés Hurtado no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre las acusaciones. No obstante, la denuncia de González ha desatado una ola de reacciones en la opinión pública y entre líderes locales, quienes exigen garantías para el ejercicio periodístico en el Tolima.
Organizaciones defensoras de la prensa han expresado su preocupación por este caso, advirtiendo que cualquier acto de presión o intimidación contra periodistas atenta contra el derecho a la información y la democracia. Asimismo, han solicitado a las autoridades que investiguen la situación y brinden protección al director de El Olfato.
El hecho refleja el ambiente tenso que persiste en la política local, donde las confrontaciones entre periodistas y figuras públicas se han intensificado en los últimos años. La seguridad de los comunicadores se ha convertido en un tema de debate, ante el temor de que situaciones como esta se repitan.
Diversas voces han exigido a la Fiscalía y a organismos de derechos humanos intervenir en el caso y garantizar que los periodistas puedan ejercer su labor sin miedo a represalias. Además, han instado a las autoridades locales y nacionales a tomar medidas efectivas para proteger la libertad de expresión en la región.
El gremio periodístico en el Tolima ha manifestado su solidaridad con González y su equipo de trabajo, destacando la importancia de un periodismo libre y sin presiones. La salida del director de El Olfato de Ibagué marca un precedente preocupante en el ejercicio de la prensa regional.
La denuncia ha puesto sobre la mesa el debate sobre las condiciones de seguridad de los periodistas en el país, especialmente en ciudades donde la relación entre la prensa y el poder político se ha vuelto cada vez más tensa. Se espera que en los próximos días haya un pronunciamiento oficial sobre el caso y que se adopten medidas para evitar nuevos episodios de intimidación.