La gran final de la Copa BetPlay 2024 quedó marcada por los graves disturbios que obligaron a su suspensión al minuto 84 en el estadio Olímpico Pascual Guerrero. Lo que debía ser una celebración deportiva se convirtió en un escenario de caos, cuando algunos hinchas del América de Cali protagonizaron enfrentamientos en las tribunas y, posteriormente, en los alrededores del estadio.
El árbitro central detuvo el encuentro tras los bochornosos desmanes que pusieron en riesgo la seguridad de jugadores, cuerpo técnico y asistentes. Aunque la situación dentro del Pascual Guerrero fue parcialmente controlada, los desórdenes se trasladaron a las afueras, donde se presentaron saqueos, robos masivos y enfrentamientos con la fuerza pública.
El coronel Carlos Oviedo, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, confirmó que al menos tres policías resultaron heridos durante los disturbios, al igual que varios aficionados que presentaron afectaciones físicas. La Policía continúa trabajando para identificar a los responsables de los actos vandálicos.
Uno de los incidentes más lamentables fue el ataque a una de las unidades móviles del canal *Win Sports*, que transmitía la final en directo. Los daños ocasionados impidieron culminar la emisión del partido y cubrir la ceremonia de premiación. En un comunicado oficial, la cadena expresó: “Nuestra móvil sufrió daños que impidieron llevar a nuestros televidentes el final del juego y la premiación de la Copa BetPlay DIMAYOR 2024. Lamentamos profundamente esta situación”.
El ambiente de inseguridad fue aún más lamentable al coincidir con la despedida del delantero Adrián Ramos, ídolo del América de Cali. Ramos, quien ingresó en el segundo tiempo, rompió en llanto al presenciar la violencia que empañó un momento especial en su carrera deportiva.
Imágenes y videos de los disturbios rápidamente inundaron las redes sociales, especialmente en la plataforma *X* (antes Twitter), donde aficionados y ciudadanos expresaron su rechazo frente a los actos de violencia. Los desmanes también afectaron comercios cercanos, que fueron saqueados en medio del caos.
La Dimayor, organizadora del torneo, expresó su preocupación por lo sucedido y anunció que evaluará los hechos junto a las autoridades competentes. En un comunicado, reiteró su compromiso de implementar medidas más estrictas de seguridad para garantizar la integridad de los asistentes y el buen desarrollo de los encuentros deportivos en el país.
Analistas deportivos y figuras del fútbol colombiano criticaron la falta de controles en los accesos al estadio y la recurrente violencia en este tipo de encuentros. Los hechos ocurridos en Cali reflejan la necesidad de trabajar en estrategias de prevención y educación que fomenten una cultura de paz en torno al fútbol.
Este episodio no solo empaña la final de la Copa BetPlay, sino que también deja en evidencia la urgencia de abordar la violencia en los estadios desde una perspectiva integral. Las autoridades locales y nacionales deberán redoblar esfuerzos para evitar que situaciones como esta se repitan y garantizar que el fútbol siga siendo un espacio de disfrute y convivencia pacífica.