En un operativo llevado a cabo en Bogotá, dos policías adscritos a la Estación de Policía San Antonio, identificados como Luis Alberto Gómez y Wilson Ochoa, fueron arrestados en flagrancia mientras extorsionaban a un conductor. Los agentes, presuntamente, habían detenido el vehículo del ciudadano bajo falsos pretextos de robo y exigían una suma de $10 millones para liberarlo.
La detención de los policías se produjo cuando las víctimas del acto delictivo, al percatarse de la situación, se dirigieron a una sede del Grupo Gaula para presentar la denuncia correspondiente. Tras coordinar con las autoridades, acordaron entregar el dinero a los agentes corruptos, pero esta vez acompañados por miembros del Gaula y el CTI de la Fiscalía.
Durante el intercambio, las fuerzas del orden lograron capturar en flagrancia a Gómez y Ochoa, quienes ahora deberán responder ante la justicia por el delito de extorsión en calidad de flagrancia. Se espera que este caso sea llevado ante un juez de control de garantías para que se apliquen las medidas correspondientes.
El incidente ha generado una gran indignación entre la ciudadanía, evidenciando una vez más la importancia de combatir la corrupción y el abuso de autoridad dentro de las instituciones policiales. Las autoridades han reiterado su compromiso de velar por la seguridad y el respeto a los derechos de los ciudadanos, y se espera que este caso se resuelva con la máxima rigurosidad.