A un año del inicio de la Operación Perseo, el Ejército Nacional destacó los logros alcanzados en materia de seguridad, recuperación territorial y apoyo a las comunidades del cañón del Micay, consolidando su compromiso con la paz y el desarrollo sostenible de la región.
El Ejército Nacional de Colombia conmemoró el primer aniversario de la Operación Perseo, una ofensiva militar que marcó un punto de inflexión en la lucha contra las estructuras armadas ilegales que operaban en el cañón del Micay, en el departamento del Cauca. Esta operación, considerada una de las más exitosas de los últimos años, ha logrado resultados contundentes tanto en el ámbito militar como en el social.
Durante el balance presentado, la institución destacó la recuperación de 13 menores víctimas de reclutamiento forzado, la captura de 10 integrantes de grupos criminales y la neutralización de 5 combatientes en desarrollo de operaciones militares. Además, se logró la destrucción de 401 artefactos explosivos y la neutralización de 359 minas antipersonal, reduciendo así los riesgos para las comunidades rurales.
En materia de armamento, el Ejército informó la incautación de 288.554 municiones de diferentes calibres, así como la recuperación de 21 armas largas y 18 cortas, junto con la destrucción de 223 granadas. Asimismo, se logró la inhibición de 330 drones utilizados por las estructuras ilegales para el reconocimiento y ataque a las tropas.
Más allá de los resultados operacionales, la Operación Perseo se ha consolidado como un ejemplo de trabajo interinstitucional. Los Ingenieros Militares adelantaron proyectos de infraestructura que mejoraron las condiciones de vida de los habitantes del Micay, como la instalación del puente militar La Esperanza, la renovación de 60 metros de alcantarillado y la rehabilitación de 25 kilómetros de vías terciarias.
Estas acciones permitieron fortalecer la movilidad y el acceso a servicios básicos, complementadas con la remoción de 360 metros cúbicos de escombros, contribuyendo al desarrollo local. De igual forma, el componente ambiental y productivo tuvo un papel fundamental en la estrategia integral.
El Ejército entregó 56 toneladas de pollinaza y produjo 60.000 chapolas de café como parte de los programas de sustitución de cultivos ilícitos, impulsando alternativas sostenibles y legales para las familias campesinas de la zona.
Finalmente, se destacó la comercialización de 75 toneladas de productos agrícolas, logrando conectar a los productores del cañón del Micay con nuevos mercados regionales, un avance clave en la construcción de paz desde el territorio.
El Ejército reafirmó su compromiso con el bienestar de las comunidades, asegurando que continuará con operaciones integrales que combinen seguridad, desarrollo y sostenibilidad. “Seguiremos trabajando con determinación, sacrificio y amor por Colombia”, expresó la institución en un comunicado.