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“Cuando el clasismo, el arribismo y la corrupción son ley, despotricar es derecho y si en el ejercicio de la crítica se hieren susceptibilidades solo queda decir: “al que le caiga el guante que se lo chante.” Con este y más artículos se le echara la sal a la herida o mal llamada sociedad de “cultos e intelectuales” Ibaguereños, así que prepárense para el bochorno y muérdanse los codos que he llegado con todo.”
No sé qué me produce más ganas de vomitar, si la triste escena cultural ibaguereña con la misma crema innata de hace más de 20 años que ya no parece crema sino forcha o el reinado de la rata que vistiéndose dos veces de Gobernador y una de Alcalde tiene aún un gran sequito de borregos que se jactan de su ejercicio político y no han hecho sino politiquería mediocre y barata, pero por suerte de Guille este artículo no será una dedicatoria a su “impecable labor”. Hoy mis queridos lectores hablare de un pequeño reino ubicado frente a un elefante blanco, en este mágico lugar habitan pequeñas criaturas que viven el espejismo del magnífico artista, bajo el embrujo de egocéntricos maestros que, tras sus máscaras de renombre, poder y farándula criolla le han hecho creer a sus pequeños que algún día serán Grandes Artistas y tal vez, tal vez sucederlos en sus tronos de empalagos, arte desazonado, mediocre y provincial. Grave error chiquillos ellos seguirán en sus puestos, bancadas y trabajos, mientras ustedes tendrán un cartón que solo les servirá para reciclar, bueno pero tranquilos que en este reinado no todos tienen la misma suerte, algunos los más audaces o debo decir arribistas, ocuparán lugares de deshonra publica eso si con sueldos generosos que les harán creer que son magníficos cuando en realidad son peones sin clase, ni buen gusto.
Sí, creo que ya todos sabemos que hablo de la EFAC, aunque no toda la fauna que habita este nicho de egocentrismo artístico es de la misma calaña, he de rescatar la labor impecable de unos pocos que luchan por defenderse de sus propios compañeros de trabajo y jefes, a quienes resisten dentro de este macabro juego mi respeto y admiración porque son ellos quienes hacen menos terrible el panorama de la única apuesta de escuela de artes de Ibagué y me atrevo a decir la única porque ni la Universidad del Tolima con su endeble programa de Artes Plásticas, ni el roñoso Conservatorio del Tolima se han visibilizado como proyectos de Universidad de las Artes para la ciudad y el departamento.
Empecemos por decir que la EFAC es una casucha vieja y destartalada que ha estado así por los siglos de los siglos y así seguirá si las nuevas generaciones no se empoderan del arte, aquí atiborrados como ratones los pobres estudiantes ingenuos intentan recibir clases de manera decorosa y así se logra a menos que el invierno haga de las Jaulas de clase, grandes acuarios, por otro lado el excelente sistema acústico hace que los estudiantes de música se sientan como en una plaza de mercado, los pisos finamente terminados hacen juego con el teatro que con las sillas rechinantes y oxidadas, es iluminado por solo 6 pares cenitales que no se pueden prender a la vez porque el sistema eléctrico de la escuela nunca ha sido cambiado, en estas condiciones los actores deben trabajar casi que a pulso porque no cuentan con telones pero que más va a esperar uno de un recinto que ni una escalera de tijera tiene. Así transcurre la jornada académica tranquilamente, nadie dice nada y todos parecen aceptar que desaparezcan anualmente grandes cantidades de presupuesto del erario público supuestamente destinado al adecuado funcionamiento de la escuela. Considero que más que dedicar los esfuerzos a la mal llamada calidad académica, de lo que realmente debe deshacerse la escuela es de muebles inservibles como Ana Karina Devia, la fiel representación de la mini mermelada, la in eficiencia y la mediocridad, a esta directora se le olvida que defender los derechos de estudiantes, docentes y trabajadores esta primero, ella prefiere en cambio reproducir la cultura del machismo con tratos desiguales frente al cuerpo docente, el clientelismo y demás comportamientos reprochables de esta cultura tolimense que nos hace con honor ganar el calificativo de Chusma.
En la EFAC hay talento no lo dudo, pero ¿Qué es el talento sin organización social, sentido común y ejercicio político? Creo que nada prometedor le espera a esta escuela que no ha tenido un impacto realmente significativo en la escena del arte Ibaguereño pues seguimos con desazón observando las mismas puestas en escena de un teatro que no evoluciona, las mismas coreografías y las mismas piezas de música andina. Mi interés al escribir este artículo no se basa solamente en descubrir una fétida realidad a través del ejercicio de la crítica mordaz, intento al final llevar una reflexión invitando a quienes hacen parte de la escuela y la escena artística a replantear la construcción académica, artística y política de la EFAC, porque está amparada bajo un sistema de competencias del Sena ideado para sistemas comerciales y no para las humanidades, creo que la gente seguirá encontrando más regocijo en las prácticas artísticas de los grupos emergentes que entrenan en el panóptico a las “obras artísticas” gestadas dentro de la escuela. A las cabezas de la cultura de la ciudad parece que solo les interesa vender “grandes espectáculos” y “construir escena cultural” en medio de la aridez del pensamiento crítico en torno al arte que debe ser transformador, innovador y de calidad. Por esta razón al sujeto con sentido crítico que intente generar prácticas de organización, transformación y resistencia se le perseguirá y satanizará bajo la tacha de revoltoso y problemático hasta anularle, y claro ¿Quien quisiera salirse de la comodidad que brinda el mundo de la farándula criolla para dar paso al avance? Por supuesto a nadie que tema perder su “fama” y dejar de sacar tajadita.
La ignorancia y la mediocridad parece que son las bases imperantes de un sistema de dominación amañado, por eso invito a Estudiantes, Artistas y Docentes interesados en Salvar los horizontes de la escuela a que se organicen que construyan aportes críticos al arte Local y no tengan miedo de eliminar del panorama cultural a toda piedra que permita el crecimiento de nuestra ciudad.
¡Ojo! a transformar y a dejar de creer que el que exige es el malo y el amañado es el bueno, juntos podemos transformar nuestra realidad dejando de seguir la norma construida sobre la podredumbre y la falsedad.