Un grupo de encapuchados irrumpió en el auditorio de la Academia de la Universidad del Tolima e impidió el desarrollo del Consejo Superior Ampliado, en medio de un ambiente de tensión e incertidumbre. Las autoridades aún no se pronuncian oficialmente sobre los hechos ni sobre las motivaciones de los manifestantes.
Momentos de tensión se vivieron la tarde de este jueves en la Universidad del Tolima, cuando un grupo de encapuchados irrumpió abruptamente en el auditorio de la Academia, donde se llevaba a cabo el Consejo Superior Ampliado. Esta sesión, que reúne a las máximas autoridades universitarias, docentes y representantes estudiantiles, tuvo que ser suspendida de manera inmediata ante la presión ejercida por los manifestantes.
La entrada repentina del grupo, cuyas identidades se desconocen hasta el momento, forzó la evacuación del recinto. Aunque no se registraron enfrentamientos ni daños materiales, la acción generó una profunda preocupación entre los asistentes, quienes denunciaron la alteración del orden institucional. Hasta ahora, los encapuchados no han emitido ningún comunicado que explique sus motivaciones.
Este tipo de hechos no es aislado en la Universidad del Tolima. En años recientes se han presentado intervenciones similares en momentos clave del calendario académico, especialmente durante debates sobre reformas internas, procesos electorales o decisiones administrativas sensibles. La recurrencia de estas acciones ha puesto en entredicho la seguridad y la gobernabilidad dentro del campus.
Las directivas universitarias, al cierre de esta edición, no han emitido un pronunciamiento oficial sobre lo sucedido. Sin embargo, fuentes cercanas confirmaron que se están revisando registros de ingreso y cámaras de seguridad para esclarecer los hechos y determinar posibles responsabilidades. Se espera que en las próximas horas se dé a conocer un informe preliminar.
El Consejo Superior Ampliado es un espacio crucial para la toma de decisiones estratégicas en la institución. Su suspensión implica retrasos en la aprobación de presupuestos, programas académicos y asuntos clave para el funcionamiento del segundo semestre del año. Autoridades internas han manifestado su intención de reprogramar la sesión lo antes posible para evitar afectaciones mayores.
Diversos sectores de la comunidad universitaria han reaccionado al incidente. Mientras asociaciones de profesores condenaron la irrupción como una afrenta al diálogo democrático, algunos colectivos estudiantiles pidieron que se atiendan los reclamos sociales y se habiliten canales legítimos de participación. La incertidumbre generada por estos hechos ha polarizado aún más el ambiente dentro de la UT.
Organizaciones defensoras de derechos humanos han solicitado garantías para todos los actores involucrados, recordando que la protesta es un derecho, siempre que se ejerza de manera pacífica y sin afectar procesos institucionales. Igualmente, se hizo un llamado a restablecer el orden y promover espacios de concertación, en lugar de acciones sorpresivas que generan miedo y desinformación.
La Universidad del Tolima atraviesa por un momento sensible que requiere respuestas firmes pero responsables. El reto inmediato será recuperar la confianza de la comunidad académica, garantizar la continuidad de las labores institucionales y abrir espacios reales de diálogo que prevengan nuevos episodios como el ocurrido. La crisis evidencia la urgencia de revisar los canales de participación y fortalecer la gobernanza universitaria.