La comunidad educativa de Buenos Aires exige a la Alcaldía y la Gobernación soluciones urgentes frente a la escasez de agua, problemas de infraestructura y deficiencias en servicios básicos que afectan el desarrollo de las clases.
La Institución Educativa de Buenos Aires, en Ibagué, fue escenario de un plantón pacífico liderado por estudiantes y directivos que reclamaron soluciones inmediatas a la crisis que atraviesa el colegio. Con pancartas y mensajes dirigidos a las autoridades, los manifestantes denunciaron la falta de agua potable, el deterioro de la infraestructura y la ausencia de personal suficiente para garantizar condiciones dignas de estudio. La comunidad educativa aseguró que la situación es insostenible y que ha llegado el momento de exigir respuestas claras a la Alcaldía de Ibagué y la Gobernación del Tolima.
El problema más crítico es la falta de agua potable. Según los directivos, el suministro solo llega dos veces por semana y las reservas resultan insuficientes para cubrir las necesidades de cerca de 600 estudiantes. En varias ocasiones ha sido necesario recurrir al apoyo de los Bomberos, quienes han suministrado el líquido a través de carrotanques. Sin embargo, el agua disponible en el sector proviene de un pozo profundo y presenta altos niveles de contaminación, lo que incrementa el riesgo de enfermedades y afecta directamente las condiciones de salubridad del colegio.
Una estudiante explicó que el inconformismo no es reciente, sino que responde a años de desatención por parte de las autoridades. “Llevamos años con muchas problemáticas que no han sido atendidas ni por la Alcaldía ni por la Gobernación. La más grave es la falta de agua, que no solo afecta al colegio, sino a todo el sector. Por eso pedimos que la Procuraduría, la Alcaldía y la Gobernación se acerquen, conozcan nuestra situación y nos hablen de soluciones”, expresó la joven, mientras resaltaba que las protestas continuarán de manera pacífica.
La situación de aseo también genera preocupación. Actualmente, la institución cuenta con un único trabajador de limpieza que debe dividir su tiempo entre dos sedes, lo que ocasiona deficiencias en el mantenimiento de los baños y la limpieza general. Los estudiantes señalaron que, en repetidas ocasiones, se han visto obligados a convivir con baños en mal estado, lo que afecta no solo la salud, sino también el ambiente escolar. Los directivos advirtieron que la contratación de más personal de servicios generales es indispensable para garantizar un funcionamiento mínimo.
A esto se suma el deterioro de la red eléctrica del plantel. Según Jorge García, rector de la institución, se requieren entre 50 y 60 millones de pesos para realizar un mantenimiento integral, recursos con los que actualmente no se cuenta. Como consecuencia, varios salones carecen de energía eléctrica, lo que impide el uso de herramientas tecnológicas y limita el desarrollo de clases que dependen de proyectores o equipos de cómputo. “Muchos salones no tienen energía y la iluminación está deteriorada, lo que afecta la calidad de la enseñanza”, puntualizó el rector.
Los reclamos de los estudiantes también incluyen el hacinamiento en algunas aulas, donde los espacios son insuficientes para la cantidad de alumnos matriculados. Además, se denunció el incumplimiento de compromisos adquiridos en administraciones pasadas, como la construcción de nuevas aulas y el mejoramiento de zonas académicas y recreativas. Los jóvenes afirman que sienten que sus derechos a la educación y a la salud se ven vulnerados con el abandono prolongado de estas problemáticas.
Pese a la gravedad de la situación, la comunidad educativa ha reiterado que sus protestas se mantendrán en el marco de la tranquilidad y el respeto. Los estudiantes aseguraron que no recurrirán al bloqueo de vías ni a acciones violentas, pero que seguirán manifestándose hasta que la Alcaldía de Ibagué y la Gobernación del Tolima brinden una respuesta concreta. La expectativa es que se realice una visita oficial de las autoridades para revisar de primera mano las condiciones del colegio y establecer compromisos verificables.
La jornada de protesta visibilizó las carencias que afectan a cientos de niños y jóvenes que, en lugar de contar con un espacio adecuado para aprender, deben enfrentarse a la falta de agua, problemas de higiene, infraestructura deficiente y ausencia de recursos básicos. El llamado de los estudiantes es claro: que las autoridades locales y departamentales asuman su responsabilidad con la educación, inviertan en el bienestar de la institución y garanticen el derecho fundamental a estudiar en condiciones dignas y seguras.











