La detonación controlada de 24 artefactos explosivos en el centro de Tunja dejó tres civiles heridos y afectó parte de las instalaciones del Batallón Simón Bolívar. El presidente Petro confirmó que no hubo víctimas mortales, pero instó a continuar atacando al narcotráfico en sus finanzas y estructuras.
El 8 de noviembre de 2025, una operación del Ejército Nacional en Tunja, Boyacá, resultó en la detonación controlada de varios explosivos encontrados en el centro urbano. Estos artefactos habían sido abandonados en una volqueta en horas de la madrugada, con el objetivo de atacar las instalaciones del Batallón Simón Bolívar, según indicó el presidente Gustavo Petro.
El atentado se descubrió cuando los residentes del barrio Prados de Alcalá alertaron a las autoridades sobre la presencia de una camioneta azul con una plataforma de arena equipada con medios para lanzar cilindros bomba. A las 5:30 a. m., el Ejército activó un protocolo de seguridad para neutralizar la amenaza.
En un mensaje en Twitter, el presidente Petro destacó que, a pesar de la peligrosidad de los artefactos, tanto la población civil como la militar fueron evacuadas a tiempo, y no se registraron víctimas mortales. Sin embargo, tres civiles resultaron heridos debido a los efectos de la detonación controlada.
La operación del Ejército consistió en la ubicación y neutralización de una volqueta tipo rampa cargada con los explosivos. Tras asegurar el área, los militares procedieron a realizar la detonación controlada, lo que ocasionó daños menores en las instalaciones del batallón General Simón Bolívar, ubicado en el centro de la ciudad.
El general Luis Emilio Cardozo, comandante del Ejército, encabezó un Puesto de Mando Unificado en Tunja para evaluar la situación y coordinar las labores de seguridad y desactivación de los artefactos restantes. La operación continúa mientras las autoridades aseguran el área.
En sus declaraciones, el presidente Petro subrayó la importancia de atacar el narcotráfico de manera integral, no solo desmantelando las redes de crimen organizado, sino también afectando sus finanzas, sus mercancías ilícitas y su capacidad de daño a la población civil.
Este ataque, según las fuentes militares, marca un hito en la seguridad de Boyacá, un departamento que no había tenido registros recientes de este tipo de artefactos ni medios de lanzamiento de explosivos en áreas urbanas. Esto plantea nuevos retos para las autoridades locales y nacionales en el combate al crimen.
Las investigaciones continúan para identificar a los responsables de haber abandonado la volqueta cargada con explosivos, mientras la comunidad local se mantiene alerta ante la posibilidad de más atentados o actos de violencia en la región.











