El mundo del arte se viste de luto con la triste noticia del fallecimiento de uno de los pintores más icónicos de Colombia y del mundo, el maestro Fernando Botero, a la edad de 91 años. El artista, conocido por su estilo distintivo que plasmaba figuras de cuerpos amplios y generosos, partió en su hogar en Mónaco tras una batalla contra problemas de salud relacionados con dificultades respiratorias.
El maestro Botero, quien dejó una huella indeleble en la historia del arte contemporáneo, había sido diagnosticado con neumonía la semana pasada y, aunque inicialmente fue hospitalizado, prefirió continuar su tratamiento en casa, donde siguió pintando hasta sus últimos momentos.
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La noticia fue confirmada por su hija, Lina Botero, quien estuvo al lado del pintor en sus minutos finales. En una entrevista con la emisora colombiana W Radio, Lina Botero destacó que el legado de su padre es un regalo inmenso y que, a pesar de que será enterrado junto a su esposa Sophia Vari en Mónaco, es probable que se realice un homenaje póstumo en Colombia.
Fernando Botero forjó su carrera artística creando un mundo propio, un universo en el que la mitología y la fauna humana de América Latina cobraban vida. Sus creaciones eran inconfundibles, y su riqueza de personajes parecía inagotable. Botero capturó la esencia de América Latina, tanto su mitología como su crítica social, en sus obras.
El maestro logró llevar su arte colombiano a galerías y museos de renombre en todo el mundo, exponiendo su obra en países como Estados Unidos, España, Alemania, Corea del Sur, Emiratos Árabes y otras naciones latinoamericanas.
En Colombia, sus obras siguen siendo parte integral del paisaje artístico, con exposiciones permanentes en lugares como el Museo de Antioquia, el Museo Nacional de Colombia y la Plaza Botero en Medellín, así como en el Museo de Arte Moderno (MamBo) y el Museo de Arte del Banco de la República en Bogotá, entre otros.
Su legado perdurará a través de sus creaciones, que seguirán inspirando y conmoviendo a las generaciones futuras.