El angustioso caso se presentó ayer en horas de la mañana cuándo muchos celebraban el popular día de los inocentes. En una vivienda ubicada en el barrrio Árkala de la ciudad de Ibagué vecinos dieron aviso a las autoridades quienes remitieron una ambulancia para atender la emergencia.
Paramedicos llegaron al lugar de los hechos y encontraron a un hombre de aproximados 40 años de edad tendido sobre suelo del inmueble, y se encontraba en un delicado estado de salud. De inmediato fue trasladado hasta la Clínica Nuestra ubicada en el barrio Varsovia dónde se procedió a darle los primeros auxilios.
Fuentes extraoficiales le relataron al portal de noticias alternativas laotraverdad.co que el individuo presuntamente habría ingerido un poderoso veneno contra roedores, lo que le habría originado el malestar, motivado por deudas que habría adquirido en el trascurso del año.
¿Cómo identificar trastornos con tendencia al suicidio?
Pensamientos obsesivos, lamentos de que la vida no tiene sentido, desesperación, incapacidad de cambiar, falta de energía para hacer tareas básicas, mucho tiempo en la cama, dificultades para tomar decisiones que antes eran tomadas normalmente, pérdida de interés por actividades que antes eran placenteras. Frente a una persona con estas señales, platica en tono acogedor, mostrándote cercano y solidario, y búscale ayuda profesional. Estas señales coinciden con varios indicativos de depresión, una enfermedad cada vez más común y que exige una atención seria. No significan necesariamente una tendencia al suicidio, pero son señales de alerta que no deben ser desatendidas.
Cambios drásticos de humor
Es natural tener cambios de humor durante el día: puedes sentirte muy bien y de repente enojarte o entristecerte, como reacción a ciertos acontecimientos. Pero hay personas cuyas alteraciones de humor son extremas, impulsivas y frecuentes. Presta atención a los cambios repentinos y exagerados. En casos de emergencia, no dudes en llamar (al número de tu localidad) y solicitar ayuda.
Estos cambios deben ser observados con atención también en los adolescentes. La adolescencia es un periodo en que las alteraciones del comportamiento son comunes y, precisamente por eso, su gravedad corre el riesgo de pasar desapercibida. Si el adolescente se encierra en su cuarto sin querer conversar con nadie y no sabe manifestar su sufrimiento con claridad, intenta oírlo sin juicios y muéstrate comprensivo y amigo. Si la comunicación fuera más complicada, busca ayuda especializada.
Acontecimientos impactantes o traumáticos
Hechos muy dolorosos, principalmente cuando son inesperados, pueden causar un gran impacto negativo: la muerte de una persona querida, la pérdida del trabajo importante y bien remunerado, una enfermedad grave, casos de bullying intenso, todo eso puede ser un detonante para el suicidio. Cuando estos acontecimientos provocan cambios bruscos de rutina y comportamiento, dejan a la persona sin saber cómo reaccionar y la llevan a dejar de hacer cosas que antes consideraba importantes; permanece cerca y llévala a un buen psicólogo o psiquiatra.
Avisos verbales
La persona desesperada que piensa en acabar con su vida suele dar señales de que está interiormente pidiendo ayuda. Llega a decir frases como “no aguanto más”, “me quiero morir”, “la vida no vale la pena”, “va a ser mejor para todos sin mí”, “hubiera sido mejor si no hubiera nacido”, etc.
¿Puede ser sólo drama y exageración? Puede ser. Pero, por si las dudas, presta mucha atención a estas señales y a otros indicios que acompañan un comportamiento depresivo suicida. Esas frases nunca deben ser ignoradas. Hay quien piensa que “una persona que quiere realmente matarse no avisa”. Esta idea es falsa. Quien quiere matarse siempre da una serie de indicios, verbales o no. Recuerda las estadísticas: por cada suicidio consumado, hubo alrededor de 10 a 20 intentos previos. No lo ignores.
Tomado de https://es.aleteia.org/