A pocas horas de la inauguración de las piscinas olímpicas de la Calle 42 en Ibagué, la comunidad deportiva denunció el preocupante estado de los escenarios vecinos como el Coliseo de Combate. Humedades en techos, filtraciones en muros y escalinatas en mal estado empañan la celebración de lo que debía ser un evento de orgullo para la ciudad.
Videos y fotografías difundidos por atletas, entrenadores y ciudadanos muestran zonas anegadas, paredes agrietadas y espacios de tránsito sucios. “¿Cómo es posible que tras tantos años de espera recibamos escenarios en estas condiciones?”, cuestionó un entrenador visiblemente molesto.
El Coliseo de Combate, junto a otros escenarios de la Unidad Deportiva de la 42, ha sido objeto de millonarias inversiones durante más de una década. Sin embargo, el estado actual revela presuntas fallas estructurales y una preocupante falta de mantenimiento previo a su entrega oficial.
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Algunos veedores ciudadanos recuerdan que las advertencias sobre defectos en las obras fueron hechas desde hace un año, pero las autoridades locales habrían hecho caso omiso. “Solo les importa cortar la cinta de la inauguración, no la seguridad de nuestros deportistas”, denunciaron.
El contraste entre los anuncios de inauguración y el deterioro visible genera desconfianza entre la comunidad. Padres de familia, deportistas y dirigentes deportivos temen que el uso continuo de estos escenarios pueda representar riesgos para los usuarios, especialmente los más jóvenes.
Además de las humedades, se evidencian problemas de acabado en las graderías, zonas de acceso resbalosas y techos con grandes manchas de moho. La falta de mantenimiento adecuado plantea dudas sobre la durabilidad de las obras y sobre la verdadera inversión realizada.
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Ante las críticas, organizaciones deportivas locales y ciudadanos han exigido respuestas claras por parte de la Alcaldía de Ibagué y la Gobernación del Tolima. Piden, además, un informe técnico detallado que explique las condiciones actuales y un plan urgente de reparaciones.
Mientras las autoridades aún no se pronuncian oficialmente, el malestar ciudadano crece. La comunidad exige garantías de calidad en las obras públicas y mayor transparencia en la contratación de proyectos de infraestructura deportiva que afectan directamente el futuro de miles de jóvenes en el Tolima.