Una mujer que se hacía pasar por empleada bancaria y su cómplice fueron capturados en la sede del BBVA de la carrera Quinta, tras intentar estafar a un comerciante que realizaba una millonaria consignación.
La inseguridad en las entidades bancarias de Ibagué sumó un nuevo capítulo de audacia criminal en la sede del banco BBVA, ubicada en la carrera Quinta con calle 34. Un comerciante, que portaba la suma de 26 millones de pesos para una consignación, estuvo a punto de perder su capital bajo una sofisticada modalidad de engaño. Los delincuentes aprovecharon la congestión matutina para abordar a su víctima dentro de las instalaciones, intentando suplantar la identidad de los trabajadores del banco. La rápida reacción del ciudadano y el apoyo de los testigos fueron fundamentales para evitar que el millonario robo se concretara. Este incidente ha puesto en alerta a las autoridades locales sobre la presencia de bandas especializadas en el “fleteo” interno.
El intento de estafa comenzó cuando una mujer se acercó a la víctima asegurando ser funcionaria de la entidad para agilizar los trámites de depósito. Con un argumento engañoso, le informó que en ventanilla solo se recibían montos de hasta 10 millones de pesos debido a la saturación de usuarios. La sospechosa intentó convencer al hombre de dirigirse a un punto supuestamente habilitado para transacciones de mayor valor dentro del mismo local. Sin embargo, la víctima notó comportamientos erráticos en la mujer y decidió mantener sus pertenencias bajo estrecha vigilancia mientras sospechaba de la situación. La desconfianza del comerciante fue el primer obstáculo que los delincuentes no previeron en su plan de abordaje.
Mientras la mujer presionaba al usuario, un segundo cómplice entró en escena para ejecutar una maniobra de distracción conocida técnicamente como “cortina”. El hombre se aproximó a la víctima con el pretexto de ofrecerle cinta adhesiva para organizar los billetes que llevaba en sus manos. Este movimiento buscaba desviar la atención del comerciante para que la mujer pudiera sustraer el dinero de manera ágil y sin levantar sospechas inmediatas. Al percatarse de que ya tenían parte del efectivo en su poder, el afectado reaccionó con firmeza y exigió a gritos la devolución del dinero. La tensión dentro de la sucursal escaló rápidamente, atrayendo la mirada de los demás clientes.
La supuesta funcionaria, al verse descubierta y notar la reacción del comerciante, entró en pánico e intentó devolver el botín para evitar mayores complicaciones legales. Sin embargo, su intento de huida fue frustrado por la propia víctima y varios ciudadanos que se encontraban en la fila de espera. El hombre que actuaba como distractor también fue rodeado por la comunidad, impidiendo que lograra escapar hacia la salida principal de la carrera Quinta. Minutos después, uniformados de la Policía Metropolitana de Ibagué llegaron al sitio para formalizar la captura de ambos sospechosos en flagrancia. El dinero fue recuperado en su totalidad y entregado nuevamente a su propietario bajo custodia.
Este preocupante caso ha reabierto el debate sobre la efectividad de los protocolos de seguridad privada dentro de las sedes bancarias del departamento del Tolima. Ciudadanos y analistas cuestionan cómo personas ajenas a la institución logran suplantar al personal de oficina sin ser detectadas por los guardias de turno. La audacia de los delincuentes para operar a plena luz del día y frente a las cámaras de monitoreo genera una sensación de vulnerabilidad. Las autoridades investigan si estos detenidos forman parte de una red más amplia que opera en otras capitales del país. La falta de una reacción inmediata por parte de la seguridad interna del banco es materia de revisión.
Los dos capturados fueron trasladados a la Unidad de Reacción Inmediata (URI) y puestos a disposición de la Fiscalía General de la Nación para su judicialización. Se les imputarán cargos relacionados con el delito de hurto agravado en la modalidad de tentativa y suplantación, según el reporte preliminar. La Policía Nacional aprovechó este suceso para reiterar que bajo ninguna circunstancia los usuarios deben entregar dinero a terceros fuera de las ventanillas. Los bancos tienen personal plenamente identificado que nunca solicita dinero en efectivo en los pasillos o zonas de espera de las oficinas. La educación financiera y la malicia indígena se consolidan como las mejores defensas contra los timadores.
La comunidad ibaguereña ha expresado su preocupación por el incremento de modalidades de robo que utilizan el engaño psicológico sobre la fuerza física. Muchos usuarios aseguran que el estrés de las largas filas facilita que los estafadores aborden a personas mayores o distraídas con promesas de agilidad. La Policía Metropolitana prometió intensificar los patrullajes de civil dentro de las zonas bancarias de la ciudad durante la temporada de fin de año. Se espera que con la información de los capturados se logre desmantelar el resto de la banda que opera en el centro. El llamado a la “malicia preventiva” sigue siendo la recomendación principal para quienes manejan altas sumas.
Finalmente, el comerciante afectado interpuso la denuncia formal para garantizar que los responsables enfrenten las consecuencias legales de sus actos criminales ante un juez. El banco BBVA, por su parte, se comprometió a revisar sus grabaciones de seguridad para aportar más pruebas técnicas al proceso que adelanta la Fiscalía. Este episodio sirve como recordatorio de que la seguridad bancaria comienza con la precaución individual y la vigilancia del entorno cercano. Ibagué busca cerrar el año con una reducción en los delitos contra el patrimonio, fortaleciendo la red de participación ciudadana. La noticia de la captura de estos dos presuntos ladrones ha sido celebrada por los comerciantes locales.
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