La gerente del IBAL, Erika Palma, y el concejal Andrés Zambrano protagonizan una controversia pública sobre la operatividad del proyecto de acueducto complementario. Mientras Palma defiende la gestión con argumentos técnicos, Zambrano denuncia fallas estructurales y falta de cumplimiento en la captación de agua.
Una nueva polémica sacude la gestión del Instituto de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Ibagué (IBAL) por cuenta del funcionamiento de la Bocatoma Coello Cocora. La gerente de la entidad, Erika Palma, y el concejal Andrés Zambrano protagonizan un enfrentamiento público con acusaciones cruzadas y datos contradictorios.
En una intervención ante medios de comunicación, Erika Palma defendió la operación del sistema, afirmando que “está funcionando el 100% de la Bocatoma Coello Cocora” y que el suministro de agua es el justo y necesario para los ibaguereños. La gerente también lanzó una invitación directa al concejal Zambrano para que visite la planta La Pola y vea por sí mismo el agua que ingresa desde la fuente.
“Es fácil salir a criticar desde una cámara o un TikTok como es recurrente en él, sin argumentos ni soportes. Lo invito cordialmente a que conozca nuestra empresa ibaguereña”, expresó Palma, agregando que en su gerencia de tres años y medio “se ha hecho lo que no se hizo en 20 o 30 años”.
Además, la gerente señaló que se requiere una inyección de 15.000 millones de pesos para garantizar el tratamiento de 800 litros por segundo, y defendió su postura desde su formación como ingeniera civil. “Zapatero a su zapato, desconozco la profesión del concejal, pero yo sí hablo desde lo técnico”, dijo Palma.
Ante estas declaraciones, el concejal Andrés Zambrano respondió en un video donde desmintió que la bocatoma esté funcionando al 100%. Según Zambrano, la consultoría 035 de 2021 concluyó que el sistema apenas capta el 50% de lo proyectado por falta de obras clave como la instalación de rejillas.
“No importa mi profesión. No hay que ser un experto para entender que la obra no está en funcionamiento total. El mismo IBAL reporta que lo máximo captado es 480 litros por segundo, cuando se esperaba alcanzar los 1.000”, recalcó Zambrano.
El concejal también rechazó la invitación de la gerente, calificándola como una falta de respeto. Señaló que su análisis no fue improvisado ni mediático, sino que se dio en el marco de un debate de control político debidamente sustentado con documentación técnica y jurídica.
Zambrano citó además el contrato 140 de 2023, en el que se reconoce que es necesario ampliar la capacidad de la planta La Pola, que hoy puede tratar hasta 2.000 litros por segundo, pero debería estar preparada para procesar hasta 3.000 litros, sumando las tres fuentes de captación.
Habitantes de las comunas 7, 8 y 9, así como del barrio Arboleda Campestre, han manifestado que no perciben cambios significativos en el servicio, pese a la puesta en marcha del acueducto complementario. “Con o sin bocatoma, el agua no llega”, afirman.
La controversia continúa encendida mientras la ciudadanía espera resultados concretos. El cruce de versiones entre la gerente del IBAL y el concejal Zambrano refleja una profunda falta de consenso sobre el verdadero estado del acueducto complementario, una obra clave para el abastecimiento de agua en Ibagué.