Con el voto de las mayorías en segundo debate de plenaria se aprobó entregar una autorización al gobernador del Tolima, Óscar Barreto, para la venta de los bienes improductivos e innecesarios que existan en el departamento.
Aunque inicialmente, la Administración seccional buscaba el permiso para disponer sobre 40 predios, finalmente la iniciativa fue modificada y avalada sin limitar el número de propiedades.
El diputado Jaime Ospina explicó que la autorización, que fue discutida anoche en tercer debate y en la clausura de las sesiones extraordinarias, busca responder los hallazgos y observaciones que hizo la Contraloría General hace algún tiempo.
Y en cuanto a las dudas que generaron algunos predios que estaban en el listado inicial porque no figuraban catastralmente a nombre del Departamento, el asambleísta indicó que por eso “la ordenanza fue amplia en el sentido de no inmiscuirnos como Asamblea en aspectos administrativos, consideramos que esas son otras competencias, simplemente nosotros no nos limitamos a la relación precisa de estos bienes, porque es más una competencia administrativa y dejarle la facultad al Gobernador”.
Ospina agregó que una vez se evidencie la titularidad de las propiedades a favor del Departamento y la certificación de que son totalmente improductivos, el mandatario seccional podrá proceder. La autorización tendrá vigencia hasta el 31 de diciembre de 2019.
Pero, el proyecto generó cuestionamientos entre algunos asambleístas que consideraron que dar total vía libre, es dejar el tema sin un control especial.
“No es decirle como lo haga al Gobernador, sino decir que cumpla con los requisitos necesarios y mirar si en realidad el bien es improductivo o no, porque pueden declarar cualquier bien improductivo, en un minuto lo pueden declarar”, opinó la diputada Graciela Vergara.
En concepto de ella, la decisión de definir si es o no un bien productivo quedará ahora en un grupo muy pequeño e interno de la Gobernación.
“Les dije que (por un lado) no era ético, que no podíamos dar la espalda a la comunidad de no ejercer nuestro derecho al control político y por otro dejar una puerta abierta para que de pronto alguien en un mal acierto decida (sobre) cualquiera de los bienes.
“El Gobierno feliz, si yo pido una cosa y me dan más”.
Otro de los interrogantes que deja este proceso es cuántos inmuebles improductivos existen hoy en la región, duda que también tiene la Duma