El gobierno de Gustavo Petro ha revelado planes para comprar Monomeros al gobierno venezolano de Nicolás Maduro, una decisión que promete estabilizar el suministro de fertilizantes y reducir costos para los campesinos colombianos. Tras años de dificultades bajo administraciones anteriores, este paso busca fortalecer el sector agrícola del país.
En un anuncio que marca un hito, el gobierno colombiano liderado por el presidente Gustavo Petro ha confirmado su intención de adquirir Monomeros, una empresa clave en la producción de fertilizantes, al gobierno venezolano de Nicolás Maduro. Este acuerdo podría transformar el panorama agrícola de Colombia, que depende en gran medida de esta compañía para su sustento.
Monomeros, con sede en Barranquilla, es responsable de abastecer cerca del 80% de los fertilizantes utilizados en el sector agropecuario colombiano. Su rol es crucial para millones de campesinos que necesitan insumos accesibles y de calidad para mantener sus cultivos y garantizar la seguridad alimentaria del país.
Sin embargo, la empresa no ha estado exenta de problemas. Durante el gobierno de Iván Duque, Monomeros fue entregada al líder opositor venezolano Juan Guaidó en un intento de alejarla del control de Maduro. Esta decisión, lejos de estabilizarla, sumió a la compañía en una crisis que casi la lleva a la quiebra.
La gestión de Guaidó estuvo plagada de señalamientos de corrupción e ineficiencia, lo que comprometió gravemente las operaciones de Monomeros. Como resultado, el suministro de fertilizantes se vio afectado, dejando a los agricultores colombianos en una posición vulnerable frente a la incertidumbre.
Uno de los efectos más notorios de esta crisis fue el aumento desmedido en los precios de los fertilizantes. Bajo la administración Duque, el costo de un bulto de urea alcanzó los 320.000 pesos, un valor que golpeó duramente las finanzas de los campesinos. En contraste, con Petro en el poder, ese precio ha bajado a 120.000 pesos, aliviando la carga económica del sector.La compra de Monomeros por parte del gobierno Petro tiene como objetivo principal garantizar un suministro estable de fertilizantes y precios más justos. Al asumir el control de la empresa, Colombia busca proteger los intereses de sus agricultores y fortalecer la producción agrícola nacional.
No obstante, este plan podría enfrentar obstáculos políticos. El uribismo, seguidores del expresidente Álvaro Uribe y críticos habituales de Petro, podría oponerse a la transacción. Una resistencia de este grupo podría poner en riesgo los beneficios esperados para los campesinos y generar tensiones adicionales.
A pesar de estos retos, el gobierno Petro se muestra decidido a concretar el acuerdo, considerándolo un paso esencial para el desarrollo del campo colombiano. A medida que avancen las negociaciones, se espera que esta adquisición siente las bases para un futuro más próspero y estable para la agricultura del país.