Vecinos del corregimiento de Coello Cocora reportan aparición reciente de grafitis con símbolos del Ejército Gaitanista de Colombia. Autoridades aún no confirman presencia del grupo, mientras la comunidad exige claridad y seguridad.
En el corregimiento de Coello Cocora, zona rural de Ibagué, habitantes han avistado varios grafitis alusivos al Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), conocido también como Clan del Golfo. Las pintas aparecen en muros y espacios públicos, lo que ha generado preocupación por una posible señal de presencia del grupo en la región.
La comunidad advierte que estas manifestaciones no solo podrían indicar asentamientos armados, sino también un intento de intimidación. Concejales y líderes sociales han pedido a las autoridades una investigación inmediata para determinar si se trata de mensajes aislados o indicios de actividad organizada del EGC.
Hasta el momento, no se ha emitido pronunciamiento oficial por parte de la Policía Metropolitana de Ibagué, el Ejército Nacional, ni la Secretaría de Gobierno Municipal. Esta ausencia de respuesta ha generado incertidumbre entre residentes rurales y urbanos de la zona.
Autoridades locales recuerdan que en 2024 sostuvieron que no existen indicios concluyentes de operación del Clan del Golfo en Ibagué, basadas en informes de inteligencia. No obstante, informes contradictorios han surgido en algunas declaraciones públicas, lo que alimenta el debate sobre seguridad y vigilancia en el Tolima.
El comandante de la Policía del Tolima, coronel Libardo Fabio Ojeda, ha manifestado en medios regionales que alias “Pastor” y su red operativa podrían estar intentando consolidar presencia en distintos municipios del departamento. Sin embargo, otros oficiales han negado que tal presencia esté confirmada.
Según documentos de inteligencia consultados por medios, los grafitis podrían haberse realizado con material local, lo que indica una posible copia o uso de símbolos conocidos, pero no necesariamente un control territorial. Los residentes de Coello Cocora están preocupados por el impacto psicológico que tienen estas pintas en niños y personas mayores que viven allí.
Organizaciones comunitarias han iniciado un proceso de verificación: tomar fotografías, georreferenciar los grafitis y reportar los hechos a la Personería Municipal y la Defensoría del Pueblo. Esperan que estos organismos insten a la Fuerza Pública a realizar operativos de reconocimiento en el corregimiento.
Expertos en seguridad advierten que la presencia de grafitis de grupos armados es un indicador de alerta, pero no constituye prueba suficiente de control territorial. Señalan la necesidad de seguimiento continuo, inteligencia local y coordinación institucional para confirmar o descartar riesgos reales.
En Coello Cocora, la población rural exige presencia institucional efectiva. Solicitan que autoridades expliquen públicamente los resultados de las investigaciones, garanticen patrullajes frecuentes y refuercen mecanismos de denuncia para evitar que situaciones de temor se normalicen en la zona rural de Ibagué.









