Una madre de familia alertó sobre reiteradas agresiones físicas y amenazas con armas blancas contra su hijo de sexto grado en la Institución Educativa Técnica Germán Pardo García. Señala falta de respuesta del colegio y pide medidas urgentes para proteger al menor.
Una seria denuncia sobre presuntos casos de violencia escolar envuelve a la Institución Educativa Técnica Germán Pardo García, en Ibagué, luego de que Leidy, madre de un estudiante de sexto grado, asegurara que su hijo ha sido víctima de agresiones físicas, intimidaciones y amenazas reiteradas por parte de otros alumnos. Según su relato, los hechos vienen ocurriendo desde hace varias semanas sin una respuesta efectiva por parte de las autoridades institucionales.
De acuerdo con la madre, al menos tres episodios de violencia se han registrado en contra del menor, siendo el más reciente el ocurrido durante la tarde del martes, cuando aproximadamente 15 estudiantes habrían rodeado y atacado al joven a las afueras del plantel. Esta situación, según afirmó, ha generado un profundo temor en su hijo, quien teme transitar por la zona debido a la hostilidad que enfrenta por parte de sus compañeros.
Leidy aseguró que durante este último ataque, uno de los estudiantes le escupió la cara al menor y le propinó un golpe que le dejó afectado uno de sus ojos. Indicó además que varios de los agresores portaban machetes y cuchillos, lo que incrementa la gravedad del caso y el riesgo para la integridad del estudiante. La situación ha llevado al joven a vivir con miedo permanente ante la posibilidad de sufrir una agresión más fuerte.
La madre relató que la tensión fue tan alta que incluso tuvo que intervenir la Policía, después de que una estudiante la amenazara directamente con robarla y agredirla si intentaba pasar por el sector. En medio de este ambiente hostil, la familia teme que el menor pueda ser apuñalado por uno de los jóvenes involucrados, quienes, según la denuncia, actúan en grupo para intimidarlo.
Lo que más inquieta a la familia es la aparente falta de respuesta institucional. Leidy afirmó que la coordinadora del colegio no atendió los mensajes enviados por los uniformados cuando intentaron reportar los hechos y solicitar apoyo. Esta ausencia de acción, según la denunciante, agrava la situación y deja al estudiante en un estado de vulnerabilidad evidente.
La madre insistió en que los episodios de violencia vienen ocurriendo de manera reiterada y que, pese a las advertencias hechas al plantel, no se han implementado medidas de seguridad o acompañamiento psicológico que permitan detener las agresiones. La familia teme que, sin una intervención oportuna, la situación pueda desencadenar hechos de mayor gravedad.
Ante este panorama, la familia del menor pidió con urgencia la intervención de las autoridades competentes para garantizar la protección del estudiante dentro y fuera del colegio. Consideran indispensable que se adopten medidas claras de convivencia, vigilancia y sanción, con el fin de evitar que estos actos de violencia se sigan repitiendo.
Finalmente, la madre reiteró su llamado a la comunidad educativa para que no se normalicen estas conductas y se promueva un entorno seguro en el que los estudiantes puedan desarrollar su formación sin temor. Confía en que la denuncia permita activar rutas de atención y protección que amparen a su hijo y eviten nuevos ataques en el plantel educativo.











