Estudiantes denuncian mensajes intimidatorios contra quienes lideran y participan en el paro universitario convocado para exigir acciones frente a las violencias basadas en género. Colectivos llaman a la protección de los derechos humanos y a no ceder ante el miedo.
El paro estudiantil que se desarrolla en la Universidad del Tolima fue sacudido por la circulación de mensajes amenazantes dirigidos a quienes participan activamente en el movimiento. Las intimidaciones fueron denunciadas por el colectivo estudiantil “UT Mijo”, que compartió capturas de pantalla con el contenido violento y hostil que estaría siendo difundido en redes sociales y chats internos.
Los mensajes, firmados por un usuario identificado como “Justicia”, contienen advertencias sobre supuesta posesión de información personal de los estudiantes promotores del paro, como fotos, direcciones y teléfonos. Las amenazas incluyen frases alarmantes como: “Si tenemos que poner una bomba en la casa de cada promotor, lo haremos”, y “muertes para sus familias también muy pronto”, lo que ha generado un clima de tensión y miedo entre la comunidad universitaria.
Ante esta situación, los estudiantes manifestaron que su propósito al hacer públicas estas amenazas no es darle visibilidad al agresor, sino proteger a quienes han levantado su voz frente a las violencias de género y han exigido garantías en sus espacios académicos. “No queremos que el miedo gane”, fue una de las expresiones compartidas por el colectivo en sus canales de comunicación.
En su declaración, hicieron un llamado urgente a los comités de derechos humanos, tanto institucionales como externos, para que acompañen los procesos asamblearios y garanticen la integridad de quienes participan en las actividades del paro. Advirtieron que las amenazas no solo afectan a los líderes visibles, sino a toda una comunidad que exige dignidad y justicia.
Hasta el momento, la administración de la Universidad del Tolima no ha emitido un pronunciamiento oficial frente a los hechos, ni ha informado sobre posibles acciones para proteger a los estudiantes o investigar el origen de los mensajes intimidatorios. Esta ausencia de respuesta institucional ha generado preocupación entre los grupos estudiantiles.
El movimiento universitario mantiene sus actividades y ratifica su compromiso con la protesta pacífica. “No nos vamos a detener. La protesta es un derecho y lo vamos a defender”, declararon voceros del paro, quienes insisten en que la lucha contra las violencias de género no debe ser silenciada por el miedo ni por la intimidación violenta.
Diversas organizaciones de defensa de derechos humanos, colectivos feministas y grupos estudiantiles de otras universidades han expresado su respaldo al paro y su rechazo contundente a las amenazas. También se han anunciado acciones de veeduría para documentar cualquier acto de represión, hostigamiento o vulneración de derechos durante la jornada de movilización.
El paro universitario en la UT, que inició como una exigencia frente a la falta de atención a casos de violencia de género, ha tomado una nueva dimensión al enfrentarse a un contexto de riesgo que requiere respuestas claras por parte de las autoridades institucionales y garantías efectivas para el ejercicio de los derechos estudiantiles.