Apunto de empezar las fiestas de este caluroso municipio del centro del departamento del Tolima, en la vereda Caracolí y sectores cercanos, así como en el mismo sector urbano; la comunidad acusa a la Alcaldía de entregar agua de forma selectiva. Reclaman intervención inmediata por parte de la Superintendencia de Servicios Públicos y una solución definitiva a una problemática que lleva años sin resolverse.
La crisis por falta de agua en el municipio de San Luis, Tolima, llegó a un punto crítico. Habitantes de la vereda Caracolí y comunidades vecinas, incluso en el mismo sector urbano; denuncian que completan 40 días sin recibir el servicio de acueducto, que ya se prestaba de manera intermitente, con una frecuencia aproximada de cada 30 días. Esta situación, según advierten, ha agudizado las dificultades para cubrir necesidades básicas en medio de una intensa temporada de sequía.
De acuerdo con los pobladores, la Alcaldía ha enviado carrotanques para mitigar la emergencia, pero la entrega del líquido estaría siendo desigual. Algunos vecinos aseguran que solo determinadas familias reciben el recurso, mientras otras permanecen sin abastecimiento. “No entendemos por qué motivo excluyen a ciertos hogares; el agua es un derecho fundamental que se nos está negando”, manifestaron varios residentes durante las denuncias.
La comunidad insiste en que esta problemática no es nueva. Afirman que desde hace años el servicio de agua potable presenta fallas recurrentes y prolongadas, sin que las autoridades hayan implementado una solución estructural. Los habitantes responsabilizan tanto al acueducto municipal como a la administración local por la falta de acciones concretas que garanticen un acceso justo y permanente.
Expertos en derechos humanos han recordado que el acceso al agua potable está protegido por la Constitución Política de Colombia como un derecho fundamental. Su negación, señalaron, representa una vulneración directa a la dignidad humana y puede generar consecuencias graves para la salud pública, especialmente en comunidades rurales que dependen de este recurso para consumo, higiene y producción agrícola.
Las denuncias también resaltan que la escasez de agua en San Luis se agrava por la falta de infraestructura adecuada. Vecinos mencionan que no existen planes claros para mejorar el sistema de distribución ni para asegurar reservas en periodos de sequía, lo que los deja en constante riesgo de desabastecimiento prolongado.
Frente a la crisis, líderes comunitarios han solicitado a la Gobernación del Tolima y a organismos de control que verifiquen el manejo del suministro y garanticen que el reparto de agua por carrotanques se realice de manera equitativa. Además, pidieron que se evalúe la viabilidad de construir un sistema alterno que evite depender exclusivamente del acueducto actual.
Los habitantes de Caracolí y sectores cercanos advierten que, de no recibir una respuesta oportuna, podrían organizar protestas y bloqueos en las vías de acceso al municipio como medida de presión. Argumentan que no se trata solo de un reclamo por comodidad, sino por un derecho esencial para la supervivencia y la salud de sus familias.
En medio de esta emergencia, la comunidad hace un llamado a la solidaridad ciudadana y a la acción inmediata de las autoridades locales y regionales. Aseguran que el acceso al agua potable es un derecho humano y no puede seguir siendo un privilegio para algunos, sino una garantía para todos los habitantes de San Luis, especialmente en tiempos de crisis climática.
Adenda: Mientras el municipio sufre por falta de un acueducto de mejor calidad para garantizar la cuota mínima de agua, el municipio entregó una cancha sintetica o unidad deportiva de miles de millones.









