Fuente: Blu Radio
Con asombro amanecieron este martes los habitantes del barrio San Patricio, en el norte de Bogotá, al presenciar cómo un grupo policías desplegaron un operativo para dar con un vendedor de empanadas de la zona.
Santiago Lancheros, quien vende empanadas en el parque Francia hace cuatro años, fue el damnificado del operativo policial, que terminó con un comparendo, del cual dice es completamente injusto.
“A nadie le estoy haciendo un mal. Llevaba 20 minutos en la zona, cuando alguien, una señora que nos hostiga y nos perjudica, llamó (a la Policía). Yo solo me estoy ganando el sustento de mi familia. La ganancia de una empanada y un tinto es el sustento y la educación de mis hijos”, indicó a BLU Radio el vendedor afectado.
Asimismo, manifestó que de la venta de empanadas depende el sustento de sus cuatro hijos, dos de los cuales estudian y uno tiene una incapacidad.
“Tengo 66 años y no causo mal a nadie. Pueden averiguar mi hoja de vida, está totalmente limpia. No entiendo por qué la persecución de la venta de una empanada (…) Los delincuentes están sueltos, en el parque hay marihuaneros a morir y a ellos no los persiguen”, agregó.
Dijo, además, que, cuando el día es bueno, gana entre 33.000 y 42.000 pesos vendiendo empanadas y tinto a transeúntes y habitantes del sector, dinero que utiliza para la manutención de su familia y el estudio de sus hijos.
Frente al comparendo, que cuesta más de 800.000 pesos, el vendedor de empanadas aseguró que no tiene cómo pagarlo, pues depende exclusivamente de las ventas que realice en la esquina del parque del norte de la capital del país.
“No sé ni qué hacer para pagar el comparendo. Les pedí el favor que aceptaran que me retirara y me dijeron que ya era una orden del coronel y que tenían que llevar evidencias”, apuntó.
Finalmente, el hombre denunció que este lunes también se llevaron a cabo operativos de la policía en el barrio y retiraron a una señora que llevaba más de 20 años vendiendo empanadas.
“A ‘Sandrita’. Es una señora que tiene 68 años, vive sola y perdió la familia en el desastre de Armero. Yo a veces le ayudo a pagar el arriendo. Nos pusieron un candado en la boca para que no podamos comer”, dijo.