En la vereda Potosí, ubicada en el municipio de Cajamarca, las familias afectadas por los ataques de una puma hembra y sus crías han solicitado el apoyo de las autoridades ambientales para evitar más daños a sus animales. Varios ganaderos han reportado ataques recurrentes a vacas, caballos y ovejas, generando gran preocupación en la zona rural.
En respuesta, la Corporación Autónoma Regional del Tolima (Cortolima) ha entregado ocho cámaras trampa a la comunidad y ha capacitado a los habitantes para su instalación y manejo. El objetivo es monitorear a la puma y sus crías, con la finalidad de prevenir más ataques, proteger el ganado y garantizar la seguridad de la fauna silvestre.
Lizeth Jiménez Laserna, bióloga de Cortolima, señaló que el uso de las cámaras permitirá identificar los patrones de comportamiento del felino y sus crías, además de ofrecer datos clave para generar estrategias de convivencia entre la comunidad y la fauna silvestre que habita en la zona. “Con las imágenes obtenidas, podremos evaluar la situación y definir las acciones más adecuadas para prevenir futuros ataques”, explicó.
La comunidad, consciente de la importancia de preservar el hábitat natural de los animales, ha expresado su rechazo a la caza del puma y ha optado por el monitoreo como una medida más sostenible y responsable. Esta iniciativa busca equilibrar la coexistencia entre el ganado y los depredadores naturales que también habitan la región.
Cortolima ha recordado que la caza de especies de fauna silvestre está prohibida por la ley, y cualquier infractor podría enfrentarse a sanciones económicas y penales. Además, la corporación ha dispuesto una línea de atención para que los ciudadanos reporten el avistamiento de fauna herida o desorientada.
Con este esfuerzo conjunto entre la comunidad y las autoridades, se espera reducir los conflictos entre los habitantes de Potosí y la fauna silvestre, promoviendo la protección del ecosistema y el bienestar de los animales domésticos y salvajes.