El nombre del actual ministro de Salud comienza a perfilarse como una de las cartas más fuertes de la izquierda en el departamento. Analistas políticos discrepan sobre su capacidad de enfrentar al barretismo, que mantiene una sólida estructura electoral.
La política tolimense empieza a agitarse con el eco de una posibilidad que podría redefinir el panorama electoral en 2027: la eventual candidatura de Guillermo Alfonso Jaramillo a la Gobernación del Tolima. Aunque el actual ministro de Salud no ha confirmado su aspiración, su nombre ya resuena en escenarios políticos y ciudadanos, generando reacciones encontradas entre quienes lo ven como una opción viable y quienes lo consideran un rival sin fuerza suficiente para vencer a las estructuras tradicionales.
Durante la sección Voces de Poder de El Irreverente Ibagué, el exsecretario de Gobierno y exconcejal Óscar Berbeo aseguró que la figura de Jaramillo tiene respaldo popular en distintos municipios. A su juicio, la gestión como ministro le ha permitido consolidar reconocimiento, lo cual lo ubicaría en una posición privilegiada si decide entrar a la contienda regional.
“Como ministro de Salud ha dejado una huella bastante importante. Lo de Jaramillo es natural, es espontáneo, está en la garganta de los habitantes del departamento. Él puede ir a los diferentes municipios y lo quieren, la gente pide que sea candidato a la Gobernación”, afirmó Berbeo en su intervención, destacando además que el apoyo ciudadano es un activo que no se puede fabricar ni comprar.
Para el exfuncionario, la izquierda estaría en mejores condiciones de competir frente al barretismo con la postulación de Jaramillo, a diferencia de otras corrientes políticas. Aseguró que la opinión pública juega un papel clave y que, en este escenario, el actual ministro tendría la ventaja de conectar con sectores populares que tradicionalmente han reclamado cambios en la administración departamental.
Berbeo también mencionó al exdiputado Renzo García como otro posible aspirante con potencial, destacando su enfoque en temas ambientales y sociales, lo cual le otorga respaldo en comunidades campesinas y organizaciones de base. Sin embargo, reiteró que el peso político y el reconocimiento de Jaramillo lo ponen por encima de otros liderazgos de izquierda en el Tolima.
Por su parte, el analista político Edward Calderón mostró un punto de vista mucho más crítico sobre la figura del actual ministro. Aunque no descartó su candidatura, cuestionó de manera tajante su gestión frente a la reforma del sistema de salud. “Lo que está haciendo con el sistema de salud es criminal”, aseguró, advirtiendo que este factor podría jugarle en contra en un eventual debate electoral.
Calderón también enfatizó en la fortaleza del barretismo, corriente liderada por el senador Óscar Barreto, la cual ha logrado consolidar una maquinaria electoral difícil de derrotar. “Estoy convencido que en 2027 la estructura del senador Óscar Barreto pone gobernador bajo cualquier circunstancia”, señaló, reafirmando su postura sobre el control político que mantiene esa colectividad en el Tolima.
En este contexto, aunque Jaramillo no ha hecho oficial ninguna aspiración, el solo hecho de que su nombre empiece a circular ya genera tensiones en el espectro político. La posibilidad de que el ministro se enfrente al barretismo marca el inicio de un debate que, a dos años de las elecciones, promete convertirse en uno de los ejes centrales de la agenda política regional.