La alcaldesa de Ibagué respondió con contundencia a las recientes declaraciones del exalcalde Andrés Hurtado, reafirmando su liderazgo e independencia política en medio de un evento público. La tensión marca un quiebre definitivo entre ambos.
En un evento que parecía dedicado exclusivamente a rendir homenaje a los operarios de barrido de Ibagué Limpia, la alcaldesa Johana Ximena Aranda sorprendió a los asistentes con un mensaje político de fondo que agitó el escenario local. Desde la Plaza de Bolívar, y con micrófono en mano, rompió el silencio sobre las recientes tensiones con el exalcalde Andrés Fabián Hurtado, dejando clara su postura de independencia.
“Mi casa es Ibagué. Mi jefe es la ciudadanía. Las decisiones las tomo con independencia y con criterio propio. El respeto es la base del discurso democrático”, afirmó Aranda, en una frase que fue interpretada como una respuesta directa a las críticas y presiones del exmandatario local.
Las palabras de la alcaldesa llegan en un momento clave, luego de la salida de dos figuras cercanas a Hurtado: Magda Herrera, de la Secretaría General del IBAL, y María Isabel Peña, de la Secretaría de Educación. Ambos movimientos confirman un distanciamiento cada vez más notorio entre Aranda y quien fue su principal aliado político en la campaña electoral de 2023.
A pesar de que el evento tenía como propósito reconocer la labor silenciosa pero esencial de los trabajadores de aseo, la mandataria aprovechó el escenario para enviar un mensaje contundente: su gobierno no será una extensión del anterior, ni responderá a intereses ajenos a los de la ciudadanía.
“Gobernar es responder con hechos. Ibagué reclama grandeza, trabajo duro y resultados. Y de esa manera es que vamos a responderle a la ciudad”, agregó Aranda, sugiriendo que su administración tomará decisiones que no necesariamente agradarán a todos, pero que estarán alineadas con el interés público.
Las declaraciones de la mandataria se dan tras las críticas veladas del exalcalde Hurtado, quien recientemente cuestionó algunas decisiones de la administración y dejó entrever su inconformidad con los cambios en el gabinete. Sin embargo, la respuesta de Aranda parece sellar una ruptura política irreversible.
Analistas locales interpretan estas declaraciones como un intento por afianzar su liderazgo propio y liberarse de la sombra política de Hurtado, cuyo estilo de gobierno aún genera divisiones dentro del equipo administrativo y el Concejo Municipal.
El remezón en el gabinete y la postura pública de Aranda podrían marcar el inicio de una nueva etapa en su gestión, una en la que buscaría consolidar un equipo más leal a sus principios y menos comprometido con las dinámicas del pasado gobierno.
Desde sectores ciudadanos y gremiales se ha recibido con interés el viraje de la alcaldesa. Algunos consideran que es un paso necesario para fortalecer la autonomía de su mandato y recuperar la credibilidad institucional, mientras que otros observan con cautela el impacto que esto pueda tener en la gobernabilidad.