La jueza Sandra Heredia confirmó la validez de las interceptaciones telefónicas entre el expresidente Álvaro Uribe y su abogado Diego Cadena, realizadas por error pero legales.
Las grabaciones de Juan Guillermo Monsalve, junto con audios, videos y mensajes, evidencian intentos de alterar testimonios a cambio de beneficios jurídicos, en un fallo que cuestiona el uso de la relación abogado-cliente como herramienta de impunidad.
La jueza Sandra Heredia declaró legales las interceptaciones telefónicas entre el expresidente Álvaro Uribe y su abogado Diego Cadena, en un fallo crucial en el proceso por presunta manipulación de testigos. Aunque las interceptaciones fueron ordenadas por error por la Corte Suprema, Heredia enfatizó que no violan derechos y que la relación abogado-cliente no puede servir como “escudo de impunidad” para encubrir delitos.
En la lectura del fallo, que duró tres horas, la jueza validó todas las pruebas presentadas por las víctimas, incluyendo los testimonios del congresista Iván Cepeda, Juan Guillermo Monsalve y su esposa, Deyanira Gómez. Monsalve, exparamilitar preso en La Picota, grabó con un reloj espía las presiones ejercidas por Cadena para que modificara su testimonio sobre los supuestos nexos de Uribe con paramilitares, a cambio de beneficios jurídicos.
Heredia resaltó que las grabaciones, respaldadas por audios, videos y documentos, confirman “maniobras” para alterar la versión de Monsalve, quien trabajó en la hacienda Guacharacas, propiedad de la familia Uribe.La jueza también dio validez a mensajes de WhatsApp entre Monsalve y Carlos López, alias “Caliche”, presunto emisario de Álvaro Hernán Prada, quien intentó influir en el testimonio del exparamilitar a cambio de favores.
La defensa de Uribe cuestionó la validez de los relojes espía, argumentando que eran inservibles, pero Heredia desestimó esta postura, asegurando que no se demostró ninguna adulteración en el contenido de las grabaciones. Durante la audiencia, Heredia llamó la atención a la senadora María Fernanda Cabal, presente en el recinto, pidiéndole mantener silencio para no interrumpir el desarrollo del proceso judicial.