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Por: Nestor Dangond Puello – Barranquilla- Colombia
Hasta hace unos días dentro de las redes sociales pude ver un vídeo que rondaba en Facebook y Youtube sobre una entrevista que le hacen en el centro histórico de Cartagena a una joven venezolana, hasta ahí todo bien. el video se torna curioso cuando esta joven que por más esfuerzo que haga y por más que trate no puede ocultar su acento, termina respondiendo a la pregunta de como es su nombre con la respuesta de “Valentina Mor”.
Luego de esto la misma entrevista se torna curiosa y tal vez hasta ridícula cuando le siguen haciendo varias preguntas y hasta el entrevistador le confiesa que se ha enamorado de ella a primera vista y que “le encanta su acento”. Hasta ahí quizás no exista algo malo, cada quien habla como quiere, cada quien se expresa como se sienta más cómodo, y eso no es un delito.
Quizás lo que resulta incomodo, o hasta incluso ridículo es que esto se haga viral cuando lo único que medio se destaca es que la joven no puede ocultar su acento maracucho, esto para poner algunos antecedentes, ¡Volvamos atrás! en un partido donde Colombia se disputaba el paso a la semifinal en el 2015 contra la selección Argentina por la Copa América en Chile, una joven subió un video en Instagram cantando y arengando la frase “EH EH EPA COLOMBIA” a partir de ahí Daneydi Barrera se dió a conocer haciendo payasadas, bañándose con ropa en el Museo del Louvre, saltando desde los tejados, y hasta destruyendo el patrimonio público. Hoy ese fenómeno de hacer crecer mentes estúpidas en las redes se da, no pasó menos de 24 cuando ví el Instagram de “Valentina Mor” casi más de 65 mil personas empezaron a seguir las fotos, los videos, los reels y más, en donde incluso en la descripción de su perfil se cataloga como una NUEVA INLUFENCER.
Lo que más me aterra de todo es que aún no hemos aprendido, he visto en redes cosas muchos más interesantes, más educativas, con muchas más relevancia, pero aún nosotros los colombianos seguimos dándole y haciendo crecer el EGO a alguien que no ha ganado nada por merito propio y que lo único que hace son payasadas, si bien las redes son libres y cada quien pierde la dignidad como quiere, pero deberíamos reflexionar un poco más de los contenidos que vemos, pues sumidos en la estupidez no llegamos a ningún Pereira.