Las últimas noticias que han surgido en relación con esta situación: la suspensión de clases presenciales en colegios, las medidas anunciadas por la alcaldía para solicitar carrotanques y la decisión de priorizar el suministro de agua en sectores críticos de la ciudad de Ibagué, revelan la magnitud del problema y la urgente necesidad de una respuesta efectiva por parte de las autoridades locales en cabeza de la alcaldesa Johana Aranda, quien ha salido a demostrar que su administración brinda soluciones, aunque sí estuviera el Acueducto Complementario lo ibaguereños no estarían con cerca de 30 horas sin agua en sus hogares.
En primer lugar, la suspensión de clases presenciales en algunos colegios evidencia el impacto directo que la falta de agua tiene en la vida diaria de la ciudad. Esta medida, aunque necesaria para conservar el recurso hídrico, plantea un desafío logístico para las familias y los centros educativos, quienes deben adaptarse rápidamente a la modalidad de clases virtuales. Sin embargo, esta decisión también resalta la falta de previsión por parte de la alcaldía para garantizar servicios básicos como el suministro de agua en situaciones de emergencia o en su defecto tener un plan de respaldo en caso de eventualidades como las actuales.
Por otro lado, las medidas anunciadas por la alcaldía para solicitar carrotanques y priorizar el suministro de agua en sectores críticos muestran una respuesta reactiva por parte de las autoridades ante la crisis. Si bien es positivo que se estén tomando acciones para abordar el desabastecimiento, estas medidas deberían haberse implementado de manera anticipada, como parte de un plan de contingencia integral para enfrentar situaciones de emergencia como la actual pues si la ciudad lleva un aproximado de 30 horas sin el recurso hídrico, esto como afecta la dinámica comercial y económica; tanto de restaurantes, hoteles y demás actividades económicas que se desarrollan en la ciudad.
En este sentido, es evidente la falta de una estrategia clara por parte de la alcaldía para motivar a la ciudadanía a tomar medidas preventivas frente al desabastecimiento de agua. La falta de conciencia sobre el uso responsable del recurso hídrico y la ausencia de campañas educativas y de sensibilización por parte de las autoridades han contribuido a agravar la crisis actual pues son 30 horas que llevan los ibaguereños sin el preciado líquido. Es fundamental que la alcaldía de Ibagué trabaje en colaboración con la comunidad para promover prácticas sostenibles y fomentar una cultura de conservación del agua que permita mitigar los efectos de futuras crisis, pues no será ni la primera ni la últimas vez que cortan el suministro de agua en Ibagué porque el Río Combeima hace estragos en la bocatoma de captación de agua para Ibagué.
En conclusión, la ola invernal avanza y hasta el momento la primera víctima son los ibaguereños ante la falta del líquido y el desabastecimiento de agua en Ibagué han puesto en evidencia la necesidad de una mayor planificación y coordinación por parte de las autoridades para enfrentar situaciones de emergencia. Es fundamental que se implementen medidas preventivas y se promueva una cultura de conservación del agua en la ciudadanía para garantizar la seguridad y el bienestar de todos los habitantes de Ibagué.