El 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en memoria de las hermanas Mirabal, asesinadas en 1960 bajo la dictadura de Rafael Trujillo en República Dominicana. Este día se ha consolidado como un llamado global para exigir el respeto a los derechos de las mujeres y la erradicación de todas las formas de violencia en su contra.
En este contexto, la Red Nacional de Protección al Consumidor (RNPC) destacó la importancia de promover un consumo justo y equitativo, reconociendo las desigualdades estructurales que históricamente han enfrentado las mujeres. Factores como la brecha salarial, la informalidad laboral y los estereotipos de género han condicionado su capacidad de decidir libremente sobre sus recursos y han limitado su autonomía económica.
La RNPC subrayó que garantizar el acceso igualitario al consumo implica empoderar a las mujeres para que puedan decidir sobre sus recursos de manera independiente, en función de sus necesidades e intereses. Esto no solo refuerza su autonomía económica, sino que también contribuye a un desarrollo social más equitativo.
Entre las recomendaciones de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), se encuentra la eliminación de prácticas de diseño o fabricación que representen riesgos para la salud y la seguridad, así como la revisión de mensajes publicitarios que perpetúan estereotipos sexistas. Se exhorta a los sectores productivos a incluir perspectivas inclusivas durante las etapas de diseño y comercialización de productos.
Asimismo, la RNPC destacó la necesidad de erradicar la publicidad sexista, definida como aquella que refuerza desigualdades de género y roles estereotipados que subordinan a las mujeres. Se llamó a las empresas a evitar la fijación de precios diferenciados por género, práctica conocida como “impuesto rosa”, que perjudica a las consumidoras al encarecer productos dirigidos exclusivamente a ellas.
El informe también abordó cómo el marketing ha objetivado históricamente los cuerpos de las mujeres, promoviendo roles de subordinación que perpetúan las violencias simbólicas. Estas dinámicas deben ser reemplazadas por narrativas que respeten la dignidad y autonomía de las mujeres, promoviendo el consumo desde una perspectiva ética.
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Para la RNPC, garantizar un mercado libre de discriminación es fundamental para construir una sociedad más justa y equitativa. Reiteraron su compromiso con el empoderamiento femenino como herramienta clave para la transformación social, en línea con los principios defendidos por las hermanas Mirabal y otros movimientos feministas a lo largo de la historia.
El llamado final de la RNPC invita a las instituciones y a la sociedad a continuar luchando por los derechos de las mujeres en todos los ámbitos, desde la vida doméstica hasta los espacios económicos y laborales. Asegurar un consumo justo es un paso esencial hacia la eliminación de las violencias y la promoción de la equidad de género.