Miguel Salamanca, veedor ciudadano en Ibagué, ha denunciado públicamente haber sido blanco de insultos y agresiones verbales por parte de un líder del gremio de taxistas. El altercado, captado en video y difundido en redes sociales, ha desatado una ola de indignación entre los habitantes y pone en el foco la necesidad de respeto y tolerancia en el sector.
Un nuevo caso de intolerancia ha salido a la luz en Ibagué tras la denuncia del veedor ciudadano Miguel Salamanca, quien asegura haber sido víctima de agresiones verbales por parte de un destacado dirigente del gremio de taxistas. El incidente, que tuvo lugar recientemente, fue grabado en video, lo que ha permitido que la comunidad sea testigo de la magnitud del enfrentamiento.
Las imágenes, que se han viralizado rápidamente en redes sociales, muestran al líder de los taxistas profiriendo fuertes insultos y ofensas personales dirigidas a Salamanca. Este material ha generado una respuesta inmediata de rechazo por parte de diversos sectores de la población, quienes consideran que tales actos son inadmisibles.
En sus declaraciones, Miguel Salamanca expresó su indignación y cuestionó el comportamiento del dirigente. “Miremos lo que dice este líder de taxistas. Se la pasa hablando de mí, pero es raro, hay muchos taxistas que se llevan bien conmigo y que saben que sí les he ayudado”, afirmó el veedor, destacando que su labor ha beneficiado a varios miembros del gremio.
Además, Salamanca lamentó que el ataque no se limitara a él, sino que también incluyera referencias a su familia. “Habla de la mamá de mis hijos y mis hijos, con quienes estoy bien, tanto que ellos mismos lo pueden decir. Es un chismoso que se mete con mi familia”, señaló, visiblemente afectado por la naturaleza personal de los comentarios.
La comunidad de Ibagué no ha tardado en reaccionar, manifestando su preocupación por la falta de respeto y tolerancia evidenciada en el incidente. Las redes sociales se han convertido en un espacio de debate, donde los ciudadanos exigen mayor civismo y responsabilidad por parte de quienes ostentan posiciones de liderazgo.
Este episodio ha reavivado la discusión sobre las dinámicas internas del gremio de taxistas y el trato hacia quienes, como Salamanca, ejercen funciones de veeduría ciudadana en la capital tolimense. La situación pone en evidencia la necesidad de revisar el tono y las actitudes que predominan en este sector.
Las implicaciones de este altercado van más allá de un conflicto aislado, ya que cuestionan la capacidad del gremio para resolver diferencias de manera constructiva y respetuosa. Tanto ciudadanos como autoridades han comenzado a pedir cuentas sobre cómo se gestionan estos roces en el ámbito público.
Por el momento, la ciudadanía espera una respuesta oficial por parte del representante del gremio de taxistas implicado. Asimismo, se hace un llamado a implementar medidas que fomenten el diálogo y el respeto mutuo, con el objetivo de evitar que este tipo de incidentes se repitan en el futuro.